Iniciado por bauerbog

Una semana después de la experiencia anterior volví a la zona de la 67. Pensaba en adónde iba a ir primero. Por una parte me quedaba más fácil y de camino entrar al de la 67 con 15 para entrar con la renombrada y veterana caleña Salomé, y por otra quería ir al de la 67 con 19 para entrar con la venezolana que ni le sabía el nombre.

Pensé que me rendiría mejor el tiempo como lo tenía planeado de antemano. Primero el de la 15 y luego el de la 19. Al haberlo decidido así empecé a pensar en las posibles contingencias a mi plan. La más natural era que la mujer que yo buscaba no estuviera como la anterior ocasión y no apareciera, y así mismo sucedió. Llegué después de mediodía y pedí la presentación; saludo más cercano no sólo de mano, abracito por ahí, intento de besito andeniado por acá para medir con urgencia que tan complacientes podrían ser y no equivocarme en la elección. Fueron como 5 mujeres que se presentaron, me sorprendió que al ser un poco más osado en el saludo ninguna de las susodichas lo rechazara y se molestara de plano. 2 de las cinco me dieron un breve abrazo. No estaba tampoco la Salomé #2, pero sí una de pelo negro que había visto en la anterior ocasión. Fue la última que se presentó y mientras que se retiraba le dije que quería hablar con ella.

Mientras ella se acercó noté algunas caras conocidas de los hombres que manejan el personal femenino, sobre todo uno que trabajaba en la 71 costado sur y de otro que había visto a la vuelta en el Bar La Bonita hace algún tiempo. Es muy probable que los de La Bonita y éstos tengan vínculos de negocios muy estrechos. Los precios, el estilo del negocio, las rotaciones de mujeres, etc. Luego de notar eso apareció ella y dejé de inmediato de pensar en esos "conocidos".

Nos sentamos en el sofá cercano a la puerta de salida. Me contó su servicio (normal, nada raro a favor o en contra), cualquier cosa diferente era adicional. Me dijo que no tenía problema en que la tocara donde yo quisiera pero que no quería que fuera brusco con ella. Le dije que eso no sucedería, que arregláramos lo referente a los adicionales arriba. Ella fue por sus cosas y 5 minutos después fuimos arriba.

Entramos a la habitación, entró al baño brevemente, yo me fui desnudando, ella salió, se quitó el sostén pero se dejó la tanguita. Me dio un corto abrazo que duró menos de un minuto. Le iba a preguntar por lo de los adicionales, pero ella rápidamente se acostó boca arriba en la cama, al lado derecho de ella. Yo me le acerqué por su derecha al borde de la cama y comencé a acariciar su rostro, su cuello y sus sorprendentes grandes tetas, le pregunté que si le gustaba podría continuar haciéndolo. Asintió con la cabeza y masajeé sus tetas, sus contornos, las aureolas y sus grandes pezones. La mujer se relajó y cerró los ojos y me ofreció sus tetas para que se las chupara. Antes comencé a acariciar su vientre y a acercarme a sus genitales. Vi unos generosos labios exteriores y un clítoris que comenzaba a hacerse visible. Le llevé su mano derecha allí y empecé a ver cómo se masturbaba. Cuando creí que ya había visto lo necesario comencé a chuparle cada teta.

Fue una sorpresa para mí ver como el vestido que llevaba puesto disimulaba su tamaño de sus tetas y culo. Al verle sus tetas (si 90 es la medida estándar, lo que estaba viendo estaría entre 110 y 120 a ojo). Al estar acostada boca arriba la masa de sus tetas tendía a irse a los lados, a escurrirse y eso no me agrada mucho, pero aún así le seguí chupando cada teta, empezando con besitos, lamidas suaves y posteriormente con succión creciente, mientras que su propia mano ya tenía su vagina más dilatada y comenzaba a humedecerse. Mientras le succionaba cada teta necesitaba por lo menos una mano para sostenerla y que no se me escurriera a cualquiera de los lados. Con la otra la uní a la mano de ella que la estaba masturbando.

Me cambié de lado. Me hice a su izquierda. Le ayudé a quitarse la tanguita y le dije que se corriera al centro de la cama y girara su cuerpo hacia su derecha unos 90° y que levantara un poco su pierna izquierda y la flexionara un poco. Una mano de ella en su clítoris, la otra cogiéndose el pezón de una de sus tetas. Mis manos, una echándole dedo a su vagina, la otra moviéndole su nalga derecha (arriba, abajo, izquierda, derecha, abriendo, cerrando...).

Mi miembro se paró completamente y comencé a lubricar. Esperé a que ella interrumpiera su masturbación para que me pusiera el preservativo. Inmediatamente me lo colocó y me dijo que lo acercara a su cara para hacerme el oral. Yo lo hice, pero así era muy difícil tocarle algo. Le dije que se girara un poco más de su posición que no cambió pero hice que pusiera en la misma posición pero al borde izquierdo de la cama y yo me pude poner de pie y el oral pudo continuar de una forma más cómoda para ambos.

Después de unos minutos sentí que debía penetrarla, que el tiempo se me acababa pero no fui capaz de mirar mi reloj. Quería moverle el culo mientras encontraba la manera de penetrarla, pero en la posición en que se encontraba su culo quedaba en el lado opuesto. Le dije que cambiáramos de posición, que se corriera hacia el centro de la cama y girara su hacia su derecha (lo tenía hacia su izquierda). Le acomodé la almohada en el lugar donde calculé que su cuerpo podría lograr esa pose, metí mi pierna izquierda entre las suyas, la derecha me quedó fuera, elevé su culazo y me quedó fácil penetrarla. Ella, mojadita ya, estaba cómodamente puesta y con su mano izquierda se cogía su nalga izquierda y se la levantó para que la penetración fuera lo máximo posible. Se lo metí completo. No pude ver nada de mi miembro, todo estaba dentro de ella.

Luego rítmicamente ayudándonos de la música de fondo que nunca falta en esos sitios comenzó a mover muy rico su culo, lo único que debía evitar es que con sus movimientos mi pene se saliera de su vagina. Debía ayudar y no dejarle todo el movimiento a ella. Era como bailar, ella ponía el movimiento, yo debía seguirla y hacer el movimiento preciso. Igual que en el baile, una mujer que se sepa moverse en el sexo le facilita al hombre gran parte de la labor.

Le dije que quería venirme en cuatro. Ella arqueó su cuerpo, puso la almohada debajo de su vientre, elevó su culazo para que la penetrara. Comencé de rodillas, seguí así por unos minutos. Excelente. Ella movía su culo también. Me cansé arrodillado y medio me paré como en la posición de perrito.

Pasó un breve rato noté que ella se movía menos, que se estaba cansando así. Entonces antes que me lo dijera le pregunté que si quería volver a la posición de lado con su culo elevado. Como aliviada sin decirme nada se acomodó rápido y volví a penetrarla como me gusta y como parece que le quedó gustando a ella. Ella volvió a gemir y finalmente en una maniobra muy arriesgada la giré otros 90° para que quedara boca abajo y yo saqué mi pierna izquierda hacia afuera y quedé literalmente montado en el culo de ella (me pudo haber quedado mi pene afuera de su culo y el condón colgado a su vagina). Ella elevó su culo y duró un minuto a lo sumo en que la penetré profundo y por fin pude venirme dentro de ella.

Le dije. AL FIN. Como que le hizo gracia y reímos por un corto momento. Saqué mi miembro de su culo me ofreció papel higiénico para secarme y limpiarme. Fue al baño, que no tiene ducha, fue al lavamanos y se limpió como pudo su zona íntima. Luego salió. Comenzaba a vestirme cuando ella ya casi vestida me abraza y me dice que estuvimos 1 hora, sin más le di lo que me faltaba por pagarle y le di un dinero extra por la buena culiada y la chupada de tetas que le hice. Me volvió a abrazar y me dijo que la había pasado rico, que esperaba que yo también la hubiera pasado así. Le di las gracias, me dio un beso en la mejilla y se retiró de la habitación exactamente 1 hora después de haber subido. Pareciera que tuviera reloj en su cabeza. Luego bajé, ella estaba sentada en un sofá y sin pensarlo me fui a sentarme junto a ella. Traté de conversar con ella y pedí una botella con agua, para recuperarme e irme de allí. Algo charlamos pero luego que comencé a tomar mi agua ella se entretuvo con su celular y nuestra charla quedó disuelta.

Se me olvidó hasta preguntarle cómo se llamaba o si me podía dar su número celular. Me sentí más cómodo callado y parece que ella también. Unos cuantos minutos después terminé mi agua y sin que ella lo esperara acerqué mi cara a la de ella para despedirme, ella se sorprendió porque estaba entretenida con su celular pero instantáneamente comprendió, acercó su cara y me dio un besito andeniado, yo me paré y salí de la sala.

Ya iba cerca de la puerta de salida cuando llamaron a las niñas por una presentación. La presencie sentado desde el sofá cerca a la puerta de salida. Vi a la mujer a la que buscaba. Salomé. Había llegado unos minutos antes de salir del cuarto con la otra chica. Ella me vio primero, luego yo la vi y disimuladamente la llamé. Hablamos, le dije que había venido con la expectativa de encontrarla pero que no estaba. Me preguntó que si había entrado con la otra chica. Yo le dije que sí. Estaba como incómoda no se si por eso, o si le reclamaron por la hora en que llegaba a trabajar. No estaba de buenas pero aun así le dije que quería subir con ella. Ella me dijo que la esperara allí que iba a ir por sus cosas. Le di lo de media hora. Subimos. Me pareció que la otra chica a lo lejos se daba cuenta que subía con Salomé. Al final qué importa, me dije.

Empecé a hablar con ella y me dijo que tenía cosas por pagar que necesitaba dinero. Le dije que esto sería el comienzo de un buen día de clientes para ella, se desnudó, me acosté en la cama y comenzó a hacerme el oral. Necesitó de varios minutos pero al fin instintivamente mi "amigo" se volvió a parar pero me dió por ponerla en 4 al borde de la cama, luego nos pusimos de pie pegados a una pared, pero ella estaba muy seca, fui su primer cliente del día.

Insistimos en varias poses de pié, pero en ninguna nos sentimos cómodos, su estado de ánimo estaba influyendo negativamente en mi desempeño y el tiempo pasó velozmente. Yo saqué mi pene de su vagina y me dijo que revisara el condón. Yo lo miré y afortunadamente no se había roto y había lubricado muy poco. Lo estiré un poco y noté que exteriormente estaba seco pero el caucho estaba notándolo más delgado de lo normal. Me aparté de ella, me senté y estiré fuerte la punta del preservativo. Se rompió. Sólo quedé con la corona del condón puesta. Me lo quité y me limpié mi miembro. Le demostré que lo había roto fuera de ella y no en ella. Ella muy tranquila me dijo que lo sentía, que ya no había tiempo para intentarlo más, que lamentaba que no me hubiera venido. Me preguntó que si tenía condones. Le dije que no. Entonces ella me dijo que no podía hacer más por mí.

Le hice una cara de molestia terrible y le dije que le daba para 20 minutos más, ahí le darían un condón, le dije que no habría tiempo para masajes. Que ella necesitaba hacer servicios para hacer dinero y yo necesitaba venirme. Le dí el dinero y le dije que bajara y volviera rápido. Se envolvió una toalla, cogió el dinero, volvió a los 5 minutos. Ya me había secado el sudor.
Ella se quitó la toalla, quedó desnuda. Le dije que se echara algo de crema en su vagina. Lo hizo pero no de muy buen agrado. Me dijo que si me hacía el oral. Le dije que mejor se pusiera en 4 para moverle el culo a mi gusto. Así lo hizo y poco a poco el amigo tomo la consistencia necesaria para emprender el último intento para alcanzar el objetivo. Empezó a mover rico el culo. Me cansé. Le dije que se pusiera en la posición de lado. Ella la recordaba perfectamente. Se puso en posición la culié (como culié a la anterior) como 5 minutos muy rico y cuando sentí que podía venirme que estaba cerca del "punto del no retorno" donde no venirse es virtualmente imposible la puse en cuatro y le terminé en su culo como a los quince minutos de la sesión. Apenas dio el tiempo de limpiarme, ella se vistió deprisa, me dijo que sentía que no la hubiera pasado tan bien como la vez anterior. Le dije que lo olvidara. Se despidió rápido (no como la primera vez que fue más cariñosa) y me pude vestir con más tranquilidad entonces. Bajé las escaleras y salí sin mirar atrás. Por ahora creo que dejaré un tiempo para regresar a ese sitio. Si voy allá será para entrar con la que lo hice primero, que fue una buena experiencia. Y estaba tan agotado física y emocionalmente que me dio pereza hasta preguntar al que se hace afuera el nombre de ella. De Salomé creo que por un tiempo será mejor dejar así. Ya veremos si me dan ganas de entrar con ella más adelante o si es que ella continúa allí. Y lo de la venezolana de la K19 tendrá que esperar.

Ahora con urgencia a tomar algo bien frío y a almorzar. Se me despertó vorazmente otro apetito, tan necesario como el sexo. El de la comida.