Denunciante Épico
| Respuesta: Marx, Un tipo chévere... No como ustedes partida de godos. Karl y Friedrich Friedrich Engels, al que apodarán El General, nace en 1820 en Barmen (también Prusia). Hijo de industriales textiles calvinistas, tenían fábricas en Manchester, Inglaterra. Marcha a Berlín a estudiar, aunque no termina sus estudios, por lo que su padre le insta a ayudarle en la dirección de las fábricas. Durante sus años universitarios se inclina por las teorías hegelianas. En 1842 se presenta ante Marx, pero éste no le presta atención. Será en París, leyendo un ensayo escrito por Engels, que pasa a ser sujeto de interés y comienzan a cartearse, hasta que Friedrich acude a París –donde vive en ese momento la familia Marx- y así comienza una amistad que durará cuatro décadas.
Karl Marx es expulsado de Francia por el mismo ministro Guidot, a petición del rey de Prusia por las publicaciones revolucionarias del periódico Vorwärts. La familia se muda a Bruselas. En 1845 se reúne con Engels y viajan juntos a Manchester durante primavera y verano –dejando a Jenny y descendencia solos sin ingresos- para documentarse sobre el socialismo inglés.
De Bélgica volverán a París y de París acabarán en Londres en 1849. Ya llevan tiempo viviendo gracias a las rentas de Engels. Gracias, por cierto, a su fábrica textil, que Marx nunca visitó ni exigió trato justo para sus trabajadores, siguiendo la consigna de no morder la mano de aquel que le da de comer.
Al fin y al cabo Karl no era tendente a hacer amigos, pues solía hacer burla de las opiniones ajenas, y era proclive al insulto cuando alguien le contradecía. Nunca se alejó de su afición a la bebida, y de la soberbia de la que hacía gala en su juventud. Las excesivas cantidades de alcohol agravaron su carácter, agrio, mordaz, cruel, grosero. Duro en sus juicios, incluso a sus amigos, a los que iba perdiendo. Salvo a Engels.
El agriado carácter no ayudó el estilo de vida que quiso mantener y que no podía, pues trabajar, lo que se dice trabajar, nunca fue su fuerte. Con sus hijas pecó de severo, demasiado. Y colérico gran parte del tiempo. De hecho, dentro de esa faceta tradicional suya que parecía guardar para el hogar, afirmaba desear sólo varones, y llegó a ser tortuoso con su esposa cuando sus hijos nacían niñas. Aunque según las biografías publicadas, sí las quiso. Su hija Eleanora desarrolló una especie de síndrome de Estocolmo, buscando como referentes amorosos a hombres con reacciones similares a su padre. Se suicidó cuando su pareja, que efectivamente guardaba un gran parecido a Marx en su forma de actuar, la abandona y se casa con otra mujer. También se suicidará otra de sus hijas, Laura.
Poco dado a trabajar, con una sirvienta a modo de esclava, a la que preñó y obligó a deshacerse de su hijo, que dejó morir a cuatro de sus hijos en condiciones paupérrimas, por dilapidar la fortuna familiar. Alcohólico, cruel y agresivo, cuyas hijas optaron años después por el suicidio, viviendo de las rentas que su amigo Engels -dueño de una fábrica textil, explotador de sus propios trabajadores- le proporcionaba. Eficaz bomba de humo. Como periodista, brillante. Pero facta, non verba.
En definitiva, siempre salta la máxima de que habría que predicar con el ejemplo, y que hechos son amores y no buenas razones, así pues, cuando la Historia asume que los escritos de Marx y Engels han abogado siempre por la libertad y la dignidad del obrero y la mujer, ésta no debería nunca levantar la vista de dichos escritos, y dirigirla hacia los hechos que definen a estos personajes. Por su propio bien. Hola, si, muy chévere el tipo. Estoy toteado de la risa.
Y vea, pues, tenemos la misma fuente:
Última edición por RICARDO69; 26-06-2016 a las 18:18:43 |