Con independencia de lo que sea o deje de ser Macri en la propia Argentina, y este es el propósito del artículo, su gobierno marca distancia del venezolano y al interior del bloque regional desequilibra las fuerzas y obliga a un nuevo reordenamiento que afectará las relaciones entre las naciones que lo conforman.

Dado que Mercosur está marcado más por lo político que por lo económico, este cambio es de suma importancia ya que había sido aprovechado para imponer una ideología determinada. Paraguay, de poco peso político, era el disidente. Ahora se le une Argentina y esto cambia la relación de fuerzas por ser uno de los dos gigantes del Mercosur.

Si a esto le agregamos los problemas de Dilma que se enfrenta a un juicio político y una posible destitución, aparte de que Uruguay está gobernado por una izquierda moderada, el gobierno de Maduro corre el peligro de quedar aislado en sus políticas radicales, que se debilitan aún más con el crecimiento de la oposición en su interior.

Mercosur cambia, y ojalá para bien, procurando dejar atrás la ideología para centrarse en lo económico y por ello Argentina comienza a ejercer un liderazgo diferente con la eliminación de los aranceles, dándole sentido al bloque que muy seguramente se acercará a otros como la Alianza para el Pacífico.