Resultado mentiroso. Cuando el Rayo estaba con once le iban ganando 2-1 al encopetado Madrid. Apenas en 12 minutos, pero con la expulsión de Tito a los 15 se vino la estantería abajo del Rayo y fue cuando pudo empatar el Madrid. Y luego a los 28 le expulsan a Baena y con un gol de penalti ejecutado por Cristiano se ponen las cuentas 3-2 a favor del Madrid.

Con semejante diferencia numérica cambió la historia del partido y es tan mediocre el juego del Madrid que al término de la primera parte la silbatina del público deja ver la inconformidad. ¿Y James? Perdido en la cancha y sólo hasta el minuto 40 se tuvieron noticias de él con una maniobra en el área sin consecuencias.

Lo demás no vale la pena contarlo. Roto atrás, el Rayo fue presa fácil del Madrid y metió los 7 goles restantes, entre los que se cuentan tres asistencias del colombiano (a Bale (42'), Benzema (49') y a Cristiano (62'); fue sustituido al minuto 64 por Kovacic.

Mientras el Barcelona gana con solvencia su tercer título mundial de Clubes, el Madrid hace una parodia de partido contra un equipo indefenso que mientras tuvo los once en el campo le plantó cara y lo humilló con un 2-1, que se fue abajo con las dos expulsiones. Una vergüenza blanca.