¡Nooooo, ¿cómo va a ser que piensen eso de mí tocayito y compa vandijk?! ¡Ni nos conocemos y ya me dijeron re'pendejo! Sí soy pendejo para no fijarme en la hora y salir caminando a las 2.45 am del Santa pero ¿dónde ha quedado el respeto o el privilegio de la duda entre colegas? Tampoco voy a ir a hacerles la mala obra a todos los compas del foro de echar a perder el mercado puteril del Santa.

Sólo una vez pagué más de lo que dictaba el mercado con una putita poblana que conocí en Veracruz. Y ahí aprendí que es contraproducente.

Estaba muy linda y era una muñequita que me tenía hipnotizado, yo por mi lado era joven e idiota, así que quería asegurar que me diera prioridad y no se me desapareciera pero me sirvió de lección de que a las putitas no les importa y nada más se malean, se llevan la lana y ya le piden lo mismo o más a otro que se los da y vale pa' pura madre la 'estrategia' y se jodió de paso el mercado.

Eso sí, nunca les regateo. A menos que pidan mucho en relación a lo que ofrecen a la vista. Se me figura como regatearle a un artesano y la Julianita vaya artesana que resultó ser.

Con la Caramelito estuve tentado a subir la oferta por el placer de trapearla pero era un plus que la niña estaba completamente reacia a realizar y finalmente ya no tuve oportunidad de regresar al Santa.

No mis estimados no caigan en la trampa de consolarse (que a la vez es la impresión que me da, y ya que estamos siendo bien malpensados y sincerotes) con ese tipo de acusaciones.

Lléguenle a una putita y saquen lo mejor de ella con más que sólo el billete o cogiéndolas inexpertas (que luego son las que más se malean por eso mismo) que para eso tenemos la lengua que sirve para más que sólo trapear (bueno, en realidad la trapeada también me ha ayudado bastante, jejeje).

La Julianita, eso sí, se 'clavó' (guardó pues) $30,000 pesos de cambio la última vez que nos vimos y que fue cuando cogí su celular pero pues ya pa' qué.

No dejé reseña pues dicen por ahí: "No me platiques tus penas mejor cuéntame tus triunfos" y aquí ya se sabe que la Julianita pues es así pero la iba redactando más o menos así:


Ayer, sábado, después de salir con mi bogotana y (atendiendo la amable sugerencia de D.C.) pasar a ver a un médico de confianza (quien, aunque me regañó, me confirmó que la herida va cerrando muy bien y ya no tiene caso darle puntos ni tomar antibiótico y puede que quede cicatriz) me dirigí a tierra Santa.

Volví a encontrar a mi Juliana, ahora en Paisas; iba con ese vestidito claro de lana que la hace tan identificable. Mi corazón dio un vuelco pero al observarla de inmediato le noté algo diferente: la mirada.

Se hacía la simpática pero estaba así como lejana. Muy diferente a la ocasión anterior cuando me sorprendió gratamente el trato recibido.

Me dijo: "Déme la plata, amor; voy a pagar y ahorita lo alcanzo arriba." Le di cien mil pesos. Al poco rato subió y yo ya sospechaba por donde iba la vaina. Entró al baño mostrando esas preciosas nalgas en su tanguita. Le entró una llamada y me dijo: ¿Puedo contestar amor? Le dije que sí y escuché que rápidamente decía: "¿Y cuánto están dando?". Se ve que le pega duro al fuerazo y por eso falta tanto.

Salió y le dije: "Déme mi cambio, amor"

Con una preciosa cara de absoluta inocencia me miró y dijo: "Ay, amor, si ya se lo di allá abajo". "No, preciosa acuérdese que usted bajó solita y la esperé aquí arriba." Dentro de mí: "No se me haga la pendejita", jejeje.

Puso cara como de niña descubierta al momento de hacer algo malo (verdaderamente adorable) pero sin perder la compostura, me dijo tomándome de las manos: "A ver, siéntese mi amor, que ya le voy a explicar a usted...: Yo no me dejo tan fácilmente hacer eso que usted me hace tan rico; casi nunca, porque hay gente con la que hay que andarse con cuidado por higiene y no la vayan a lastimar a una. Yo con usted sí me dejo pero además la vez pasada usted me dejó tan sensible que ya no pude seguir trabajando y tuve que devolverme para mi hotel. Usted entiende, ¿no?"

Ya sólo contesté: "Está bien corazón yo no tengo problema por la plata pero avise antes; ahorita estamos hablando pero si no qué va a pensar uno de usted así y con todo lo linda que está. Usted sabe que hay gente a la que no le gusta perder y no quisiera que me le fueran a hacer algo feo a mujercita tan linda."

Puso una carita de puchero endiabladamente encantadora y luego cambiando a una amplia sonrisa, dijo: "Bueno, amor, ahora déjeme a mí que lo consienta rico a usted", mientras me acariciaba a mi mejor amigo.

Lo que yo supongo es que el día viernes se fue de fuerazo a rumbear con algunos manes y colegas suyas y seguía medio grifa o grifa y medio. No la critico ni me corto las venas, actualmente esa es su naturaleza y el que con niños duerme amanece mojado.

Me dio finalmente su celular pero lamentablemente (o mejor dicho, afortunadamente) se rompió el encanto. Después de todo, uno paga por una fantasía y espera que ésta dure lo más posible. Lo meteré en mi celular (tan pronto me haga de uno en México) para ver si me obsequia con algunas fotos desde su WhatsApp, como Andrea lo hacía, pero aprovecharé la sacudidita para ponerle tierra de por medio ya que esta lindura ejerce sobre mí una fascinación terriblemente adictiva, como de súcubo.

A fin de cuentas todo parece ir viento en popa con mi linda bogotana y en caso de darse las cosas tengo decidido dejar la afición por las putitas. Siempre lo he tenido en mente para el momento en que encontrara una pareja que valiera la pena. Nunca podría traicionar la confianza en mi persona de una mujer decidida a compartir su vida conmigo.

Parafraseando a Gao Xingjian en La Montaña del Alma:

Mi Juliana ha renunciado a ser sueño... Ahora ya no es mas que carne.

Saludos.