Buenas a todos, gente. Soy de México, éste es mi primer post y estuve en la linda Bogotá la semana antepasada pero lamentablemente sin conocer el foro.
La Caramelito no ha cambiado de política con la trapeada (cuando le dije que sólo por arribita me dijo muy simpática: "no, no, no, ni por arribita ni por abajito") pero me dio una buena cabalgada con mucha enjundia por un buen ratote sin ponerme mala cara, al contrario me sonreía mucho y dejó cachondearse bien y darse besos pero sólo de piquito. A mí se me hizo una vieja bien chula, muy ganosa y buen polvo salvo por el detallito de no dejarse trapear lo cual para mí es algo muy malo. Demonios y yo que me la quería trapear hasta dejarle las piernitas temblorosas.
Mejor estuve pegado con Andrea de Fiebre, una trigueñita de cara bonita, creo de Medellín, con un mega culazo que se mira bastante naturalito. Ésa sí le entró con ganas a la trapeada y aunque nos tocaban las tres veces me decía ¡tú síguele, síguele amor! hasta que se venía. Eso sí, antes del brinco pedía que me lavara las manos lo cual me pareció muy bien. Le saqué el celular para pasar un buen fin de semana ya que tuve mala suerte de escoger el de las elecciones para visitar Colombia. Lamentablemente, el clima de Bogotá me agarró desprevenido y me la pasé agripado de sábado a lunes que fue cuando me regresé.
En Paisas vi a una preciosidad llamada Juliana, de Medellín; una chica muy bonita, de cara preciosa, trigueña de pelo lacio, flaquita pero con busto y trasero operados, algo sangroncita al principio, pues por alguna razón bateó de no muy buena manera a dos colegas que se le acercaron, y siempre a la defensiva alejándolos con el brazo. Cuando me le acerqué también como que quería escurrirse lejos y me dijo, no corazón yo sólo hago el amor y no voy a la mesa ni bailo, ya la tranquilicé y le dije que ok que sólo quería ponerme de acuerdo con ella, así que le pregunté por la trapeada y me dijo, después de hacer carita como de hastío viendo que se le iba el cliente, que ok pero que sólo lleguecitos leves con los labios y nada de lengua (pos entonces que chingaos???) y que su arancel era de $70,000 por 20 min. Total que le propuse y acordamos 30 min. por 100,000 volovanes.
Ya en la acción le comencé a besar el interior de los muslos lamiendo y mordisqueando suavemente los tendones de la entrepierna y se fue relajando dieciéndome que le hacía muchas cosquillas y yo lo notaba en su piel que se ponía como de gallina. Olía riquísimo, una piel como de porcelana y una cuquita preciosa y bien apretadita. Así poco a poquito me le fui acercando hasta que ya no me dijo nada cuando le empecé a dar una señora trapeada como dios manda; cuando terminó me dijo "ay, qué rico, hiciste que me viniera, bueno ya vamos a cambiar porque no soy multiorgásmica". Sin soltarle la pierna y la cintura, como la tenía bien apañada, nada más le sonreí y le pregunté qué cómo sabía si seguramente nunca lo había intentado de ese modo. Total que la tuve retorciéndose como tlaconetito con sal por el tiempo que acordamos. Al final se portó muy linda y me agarró las manos y me dijo que qué rico que nunca se había venido tantas veces y tan rico porque casi nunca se deja hacer eso (quesque por higiene) pero que la supe convencer muy bien. Pos ahí no sé si lo dijo en serio o sólo para endulzarme el oído pero a fin de cuentas lo dijo y me inflamó mi orgullo de machín. Pues como le oí a un compa por ahí: Adoro a las putitas mentirosas pero detesto a las mentirosas putas. Lo malo es que a esta muñequita sólo la vi el miércoles y ya no fue ni jueves ni viernes, al menos no a Paisas.
En Troya me encontré una chiquita pereirana, morenita, delgada, de abdomen marcado y tatuajes que siempre me han parecido muy lindos en una mujer. Cejoncita, de cara bonita, algo así como una Frida Kahlo en bonito, estaba cerca de mi mesa y finalmente me levanté y la tomé del brazo para comenzar a negociar. No recuerdo el nombre pero era una dulzura de mujercita en su trato. Cuando llegamos a la habitación me dijo que me iba a demostrar el particular encanto de las pereiranas a lo cual yo me mostré muy curioso y respondió: que somos excelentes para el sexo oral. Después de comenzar no me quedo duda que al menos esta chiquita sí siguió cursos avanzados en este arte tan gratificante para el hombre. No queriendo dejarle todo el trabajo le dije que hiciéramos un 69 y ay, diosito, de verás que se creció al castigo devolviendo golpe por golpe de lo que le hacía a su botoncito y a su cuquita. Al final también me dijo que le había gustado mucho la atención a su cuquita (y su colita, pues me dejó meter un dedo completito el cual salió sin olor alguno, denotando su excelente higiene) y no pude menos que decirle que también su boquita era una verdadera bendición para los hombres.
Algo que me llamó la atención es que las hembritas del Santa no se le acercan a uno espontáneamente para entablar conversación y apapacharlo a uno sentándose en sus piernas, haciendo que nos sintamos como reyes, sino que se la pasan paradas esperando a que uno vaya por ellas. Bueno sólo alguna que otra pero nunca de las medianitas pa'rriba en calidad.
Hubo varias otras, pues me sentía como niño en dulcería, pero ahora ya es tarde y hay que volver al trabajo mañana temprano.
Total que me la pasé muuuuy bien y ya no veo la hora de regresar a su hermosa tierra colombiana. Y pensar que perdí cuatro viajes anteriores yendo a La Habana que la verdad hay que ser muy trucho para agarrar algo bueno, bonito y barato, además de andarse espantando como moscas a todos los jineteros que son una verdadera plaga.
Pero ya estoy planeando regresar a fines de este mes aprovechando vacaciones que tengo pendientes pues puede que me haga de una hermosa mujer bogotana a la cual conocí en USA hace apenas unas semanas y fue una de las razones de este viaje aunque nunca creí que la cosa se diera tan bien.
Au revoir!