Al Madrid le falta el cerebro, el que crea las oportunidades, el que pone el balón donde nadie lo espera y deja al delantero en posición inmejorable para anotar, el que crea la armonía para que toque la orquesta. En su ausencia, a los demás les toca inventarse las notas, cada cual por su lado, arrume de ruidos, con silbidos predecibles, desespero, angustia, tiros repetidos a ver cuál se emboca, suerte esquiva cuando se le apuesta al azar.

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REAL MADRID 0-0 MÁLAGA Kameni para al Madrid El Real Madrid perdió el liderato tras empatar a cero ante un Málaga sostenido por un gran Carlos Kameni. Los blancos desperdiciaron el primer tiempo y en el segundo sometieron a un intenso asedio al Málaga, que también tuvo sus ocasiones, sobre todo por mediación de Amrabat. SANTIAGO SIGUERO 26/09/2015 - 20:10. Al Madrid le duró tres días el liderato. Poco aguantan últimamente las alegrías por Concha Espina. Tras un 2014 cuajado de título llegó el desierto de 2015. Menos han tardado los blancos en dilapidar el combustible anímico, siempre valioso, que supone verse por encima de todos los demás. El partido echó por tierra varios tópicos. El principal, la proverbial pegada del Madrid, que brilló por su ausencia. Más de 30 tiros firmaron los jugadores de Rafa Benítez sin hacer diana ni una sola vez. Lo impidió, sobre todo, Carlos Kameni, que en el Bernabéu tuvo uno de esos días. Es el camerunés un portero de vibraciones, y la de este debió de ser muy especial. Algo así como un aura de imbatibilidad. Y donde no llegó él, llegaron sus defensas, como Weligton, que sacó sobre la línea el único balón que superó a su compañero. El tiro fue de Isco, aunque la parte del león se la llevó, como siempre, Cristiano. No anduvo fino, sino todo lo contrario. Se le ve acelerado, ansioso por superar cuanto antes el récord de Raúl. Sus compañeros tampoco supieron gestionar bien la situación. Parecieron buscarle en exceso, incluso en situaciones en las que había opciones mejores. No fue el día del Madrid, en cualquier caso. Tras las buenas sensaciones del primer tiempo en San Mamés, volvió a verse al equipo lacio y poco intenso de pasadas temporadas. Que dejaba pasar minutos como si no importaran. Que regalaba puntos sorprendentes. Puntos que cuestan Ligas. La actitud mejoró en el segundo tiempo, pero el Málaga se defendió con orden e intensidad. Es más, sacó media docena de latigazos que pudieron hacer más profunda la herida en el lomo de un Madrid que volvió a suspender en gestión de la ansiedad. Porque ese fue otro de los tópicos desterrados en este Málaga-Madrid. El equipo de Benítez sí concede ocasiones. Al menos, el Málaga supo cómo buscarle las vueltas a una pareja de centrales que, tras el naufragio del año pasado en el Calderón, inspiraba dudas. Amrabat las puso todas en evidencia. Hizo penar a Varane y, sobre todo, a Nacho, y estuvo muy cerca del gol tras un amago lleno de clase dentro del área rival, donde a los delanteros normales se les apaga la luz. Ajustó en exceso, pero demostró tanta clase como exceso de carácter en la jugada que le costó la roja. Pero ni con diez se descompuso el Málaga, que demostró un cuajo que no se corresponde con su situación en la tabla. Hasta el minuto 94 supo negarle todos los caminos a un Madrid que, falto de inspiración, se condena a seguir viviendo pendiente de terceros. Es ya costumbre en Chamartín. Con los resultados por todos conocidos

Fuente: Marca