Denunciante Dorado
| Respuesta: Encuesta Calidad de Vida, Dane, Colombia 2014. Nivel y calidad de vida de los colombianos
1. Nivel y Calidad de Vida, conceptos y metodología
Cada ser humano de manera individual y las sociedades, en general, comparten la aspiración común por elevar su nivel y calidad de vida. El nivel está asociado a la cantidad, esto es, la posibilidad de las personas de obtener bienes y servicios en mayor cantidad. De acuerdo con la ideología dominante en las sociedades capitalistas, la relación directa es con la propiedad y el nivel de ingreso: a mayor renta mayor nivel de vida o, mirado de otra manera, quien más pueda consumir y tenga más bienes materiales y dinero acumulado, mayor será su nivel de vida.
La calidad de vida es un concepto holístico que hace referencia al bienestar humano. Implica la presencia y disfrute en la vida cotidiana de aquellos elementos, tangibles e intangibles, que fomentan la dignidad y su florecimiento, todos los derechos humanos y libertades fundamentales, la igualdad y la justicia social, la democracia, la paz, la estabilidad y la seguridad, la solidaridad y la tranquilidad individual o colectiva. Si bien los bienes y servicios materiales que satisfacen necesidades esenciales son imprescindibles, no son suficientes para proporcionar el bienestar sistémico que requiere la compleja y dinámica existencia humana en su derecho legítimo de aspirar a una vida feliz.
La diferencia conceptual entre nivel y calidad de vida está emparentada con la alternativa «tener o ser», estudiada por el psicólogo social Erich Fromm (1900-1980) en su análisis de dos formas de existencia. Quien se orienta al tener define su vida y su existencia y se define a sí mismo por lo que tiene y pueda tener. En la orientación al ser, en cambio, se trata de la realización de la vida misma, del trabajo productivo, del desarrollo de sus cualidades y fuerzas esenciales humanas. En la primera, la experiencia de la identidad se basa en la fórmula «soy lo que tengo»; en la segunda, en la formula «soy lo que hago». Querer superar la orientación hacia el tener no significa, por ello, ningún ascetismo, renuncia de la vida, ni tampoco ninguna orientación hacia el no tener, sino un retorno hacia las fuerzas esenciales del ser humano y su ejercicio1. La calidad, en resumen, es el mismo arte de vivir, lo que requiere el ejercicio diario de una vida desde las cualidades y fuerzas propias humanas. Hay que descubrirlo en uno mismo y en la relación con la realidad, a menudo contra la resistencia de las «patologías de la normalidad» (para Freud, el interesado exclusivamente por tener y poseer es una persona neurótica, mentalmente enferma) enmascaradas como «sentido común». El objetivo del arte de vivir, por tanto, consiste en estar relacionado con la realidad exterior e interior con las propias fuerzas mentales, espirituales y corporales de tal manera que pueda crecer el amor por la vida.
En consecuencia, no es lo mismo crecimiento que desarrollo (ver recuadro "El principio de modernización"). El «progreso» no significa nunca un simple plus cuantitativo; esencialmente es cualitativo, y de la índole cualitativa del espíritu. El «progreso» es consciente y conocedor de su meta, explicaba a principios del siglo XIX el filósofo alemán Hegel (1770-1832). Esta meta es, en la traducción del dilema existencial entre «tener y ser» establecida por Fromm, el progreso en la autoproducción del ser humano. El despliegue multilateral de las fuerzas esenciales de la naturaleza humana, según la antropología crítica, explican este «progreso» o «desarrollo», de acuerdo con el grado alcanzado en su humanización. La elevación de estas fuerzas esenciales –que diferencian al ser humano de los demás seres biológicos– están relacionadas con los siguientes atributos de su ser específico: i) ser natural universal, ii) conciencia, voluntad y lenguaje, iii) ser teórico-práctico, iv) la praxis, entendida como trabajo, proceso técnico-práctico universal, y actividad vital, libre y creativa, transformadora del mundo y del ser humano mismo, v) persona, individual y social, vi) ser histórico
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