Porque es su cumpleaños y hay que celebrar antes de que nos lance a sus perros.

Puede que Los Simpsons tengan más de 26 años al aire, sin embargo, el espíritu de sus personajes sigue intacto, y con cada año que cumplen no hacen más que matarnos de la risa.
En caso que no se hayan dado cuenta, hoy es 15 de septiembre, es decir, hoy es el cumpleaños de Charles Montgomery “Monty” Burns, el siempre cruel y despiadado, pero aún así gracioso, dueño de la Planta Nuclear de Springfield y jefe de Homero Simpson.

A pesar de ser muy malo, lo cierto es que el Sr. Burns también se ha ganado nuestro corazón, así que en su honor hemos decidido recordar sus mejores momentos en la famosa serie animada.
¿Listos? ¡Empecemos!
1. Cuando el Sr. Burns bloquea el sol y alguien le dispara.



Sabíamos que Monty era malévolo, pero no tanto como para dejar a todo el pueblo sin la luz del sol. En medio de toda la confusión, el Sr. Burns está más que feliz por haber logrado su cometido, pero lo que jamás esperó es que terminaría herido de un disparo justo sobre el reloj solar de la plaza.
Más tarde se sabría que la culpable de halar el gatillo había sido Maggie, luego que Burns intentara robarle su dulce.
2. Cuando el Sr. Burns quiere recuperar a su oso de peluche.



Aunque no lo crean, existió una época en la que el Sr. Burns fue un pequeño niño, que jugaba con su tierno y fiel Bobo, un osito de felpa que terminó perdido en el tiempo y de alguna u otra forma vino a parar en los brazos de Maggie Simpson.
Burns intentó mil y un artimañas para hacer que Homero le arrebatara el oso a Maggie, pero este no tuvo éxito. Finalmente, Maggie demostró ser mucho más adulta que su millonario rival y regreso a Bobo a su dueño original.

3. Cuando todos creen que el Sr. Burns es un alien.



Parece que la única forma en que el Sr. Burns sea bueno y adorable es cuando está bajo los efectos de algún tipo de droga alucinógena. ¿Recuerdan cuando Monty fue al médico para engañar a la muerte?
Burns se sometía una seria de extraños tratamientos todos los viernes, por lo cual luego terminaba desorientado y escapaba al bosque, donde gente del pueblo lo confundió con un visitante del espacio exterior.
4. Cuando Burns y Smithers hacen una guerra de dinero.



Estando en medio de una alerta nuclear, el Sr. Burns y Smithers buscan solucionar los problemas de la Planta, pero como siempre hay tiempo para algo de diversión, ambos terminaron protagonizando una graciosa guerra de dólares.
Ya ven como es posible que incluso el Sr. Burns figure dentro de la lista Forbes.

5. Los monos voladores de Burns.





Como en el mundo de Los Simpsons todo puede ocurrir, y el Sr. Burns es capaz de tener lo que quiera, y no es una gran sorpresa que al mejor estilo de El Mago de Oz, él también cuente con una jaula llena de monos voladores en caso que necesite resolver algunos problemas y aterrorizar a sus trabajadores y a la población. Sin embargo, ya vimos que sus simios alados no son tan efectivos como esperábamos.
6. Cuando Burns se enfrenta uno de los grandes dilemas de la vida.



Burns es un hombre rico que nunca ha necesitado hacer las cosas mundanas que nosotros hacemos siempre, como ir al mercado y escoger entre Ketchup y Catsup… ¿Ah? ¿A ustedes no les ha pasado esto?

7. Cuando un cerdo vuela sobre Springfield.




En el capítulo en el que Lisa se enfrenta a Homero tras su decisión de convertirse en vegetariana, no se le ocurre una mejor idea que sabotear el asado familiar. Lo que no esperó es que de esta forma también pudo haber influenciado en una decisión histórica del Sr. Burns.
Monty bromeaba con Smithers y le dijo que estaba considerando donar un millón de dólares al orfanato local, sin embrago, esto solo ocurriría el día en que los cerdos volaran. Y como por obra y gracia de los dioses, el cerdo de Homero voló justo frente a la ventana del Sr. Burns.
Pero, ¿finalmente donó el dinero? ¡Obvio no, es Burns!
8. La célebre frase del Sr. Burns.



Si algo hemos aprendido de Burns es a expresar nuestros pensamientos, sobre todo cuando las cosas nos está saliendo muy bien.
La próxima vez que te feliciten o que hagas una maldad y nadie te descubra, recuerda unir tus manos, poner tu voz más tenebrosa y decir “Exceleeenteee”.




¡Feliz cumpleaños Sr. Burns!