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Heráclito
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Predeterminado Respuesta: Odepa confirma dopaje de María Luisa Calle en los Panamericanos

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Cita:
El 19 de octubre de 2005 anunciaron que el COI le iba a devolver la medalla. ¿Dónde y cómo recibió la noticia?

Yo llegué de entrenar y mi papá estaba en mi casa esperándome. Me dijo: “Te la van a devolver”. Cuando yo veo el teléfono, tenía ochenta llamadas perdidas. ¡Y qué felicidad!, porque cuando me la quitaron, yo decía: “Un esfuerzo de estos, una medalla olímpica es muy escasa, tenerla a la mano y haberla perdido, ¡ah!”. Y después que me digan que me la van a devolver. Es lo máximo. Es como volver a vivir.

El expresidente Uribe le puso la medalla de vuelta. Un asunto de Estado.

¡Ja! Esa corona, cómo se llama eso, la de hojitas de laurel para la cabeza, pues la de Atenas era chiquitica y esta era una cosa inmensa que me daba vueltas y se me caía. Estaba toda la familia y fueron todos felices. Fue casi mejor que en Atenas, porque aquí estaba toda mi familia.

¿Supo de la suerte de Erin Mirabella, la ciclista que quedó de cuarta, que recibió su medalla y que también tuvo que devolverla?

Entregó la medalla vuelta nada y les tocó hacer otra medalla nueva.

¿Qué pasó?

Que la refregó contra el piso. Creo que peor para ella porque yo leí que estuvo celebrando cuando le dieron la medalla. Pues se retiró después de eso. Ella escribía libros para niños y nunca más volvió a correr.

Meses después ganó el Mundial en Bruselas. ¿Una revancha?

Sí, hay un sentimiento de revancha por la competencia y, además, porque fue el oro. Es que para mí, ponerme la camiseta arcoíris de la UCI, eso era como un sueño… Y ahora sí, poder celebrar de verdad, ¡ah…! Hubiera sido muy distinto llegar de Atenas con mi medalla al aeropuerto de Bogotá, a salir en una rueda de prensa dando explicaciones a todo el mundo.

¿Cree que quedó marcada?

Quedé bautizada. A mí me dijeron en los periódicos la “Traba-Calle”, no sé… Esos comentarios no los deberían dejar publicar. Muy dañinos. Fuera de eso, la gente los ve y entonces también se empieza como a envenenar. Y en el programa La Luciérnaga me decían la llorona.

Pero, en general, la imagen que tiene es mucho más favorable que negativa.

Sí. Y al contrario siento que, como mi caso fue tan especial, soy aún mucho más reconocida. Donde me la hubieran dado normal, pues hubiera pasado un poco desapercibida. Pero ahora todo el mundo me abraza. Por ejemplo, los cubanos, los técnicos, me ven y ¡qué admiración!

¿Qué representa usted para los otros ciclistas que hacen parte de la selección nacional?

Me tratan como si fuera una amiguita de veinte años, me molestan. Y yo les digo que yo puedo tener más edad que la mamá de ellos. Muchos me hablan con inmensa admiración. Me dicen: “¡Ojalá llegara a los 46 como tú!”. ¡Ja!

China 2008, a centésimas y centímetros de una medalla. ¿Qué pasó?

Quedé cuarta con los mismos puntos de la tercera en la prueba por puntos, ella pasó primero el último embalaje, yo tenía que haber pasado primero. Pero, digo yo, Dios me dio la de Atenas y seguro esta era para esta niña. No me tocaba a mí.

Un momento hermoso de su carrera fue cuando participó en los Suramericanos de su ciudad, Medellín. ¿Había un sabor especial, no?

Quedé campeona de la “crono”, de la individual, por equipos y en la ruta quedé de tercera porque se me reventó la cadena. Fue lo máximo. Sobre todo ese recorrido que es en La Macarena, la llegada repleta de gente. Fue la primera medalla que ganó Colombia en los Juegos. Muy bonito.

Después de los Suramericanos de Medellín vienen los Panamericanos de Guadalajara 2011. Ganó la contrarreloj que es la prueba con la que, entiendo, va a buscar un cupo a Río 2016. ¿Por qué se ha especializado en esa prueba que es la más dura?

Son entrenamientos más largos y trabajos específicos más largos. La pista es más cortica, tres kilómetros. Aquí en la contrarreloj son de veinte a treinta kilómetros… Y mientras más maduro, más se sufre, pero más se aprende a sufrir.

¿Qué es aprender a sufrir?

Que me dolieron las piernas, entonces aflojo, ¡no! Sufro, me duelen y le doy más y más. Hay mayor capacidad de sufrimiento.

¿Qué tiene que hacer para ir a Río 2016?

Hay varias carreras de la UCI que van dando puntos a lo largo del año. Toronto es una de ellas. Y uno va sumando hasta el final que se cierre la clasificación en mayo del otro año.

¿Por qué una persona tan reservada como usted terminó en un reality como el Desafío 2013? ¿Qué le llamó la atención?

Ese año no tenía muchas carreras y yo quería como descansar o hacer otra cosa. Es que llevo veinte años en lo mismo. Era la oportunidad de cambiar en todo. Un descanso sin nada, sin celular.

Pero subió dos kilos y hasta se fracturó un dedo.

Fue el primer día, en la primera prueba y ya quebrada. Me llevaron a la clínica y yo salí en la primera prueba con los dedos pegados, ¡no, qué pena!

¿Cómo se define?

Una persona muy responsable, disciplinada, dedicada y muy pulida en mis cosas. Y muy amante de los animales.

Defina su amor por los animales.

Mejor dicho, a mí me ponen un niño con un brazo quebrado y un perrito con una pata quebrada y me voy por el perrito. Es que me da una cosa ver a un animal sufriendo, o un animal por ahí atravesado en la calle. Sufro demasiado con los animales.

¿Cómo define su amor por el ciclismo?

Mi vida, mi pasión, no podría vivir sin él. El día que me retire del alto rendimiento, creo que no sería capaz de bajarme de la bicicleta. Yo hasta que me muera, monto.

Me dice su entrenador que la tiene que obligar a descansar. ¿Si no entrena se aburre?

El último descanso fue de quince días y yo: “¡Ay, no!”. Toda aburrida. Entonces me pongo a barrer la pesebrera. Hago labores de campo, abonar los potreros. Me enloquezco.

¿Le da rabia que le hablen de retiro?

A mí me han retirado muchas veces. “¿Entonces, después de esta carrera se va a retirar, cierto?”, me dicen después de cada competencia. Pero yo no lo contemplo, nunca pienso en eso. “Qué pena, le voy a hacer una pregunta…”, y yo ya sé: “¿Cuándo se va a retirar?”.

¿Cuántas medallas de oro, cuántas de plata y cuántas de bronce ha ganado en competencias internacionales?

No tengo la menor idea.

¿Cómo puede ser posible que una deportista consagrada, con tanto esfuerzo y sacrificio, no sepa cuántas medallas ha ganado?

Eso no es posible, yo tampoco creo. Y me lo han preguntado muchas veces, pero tendría que ponerme a ver el internet y hacer la cuenta. Es que tantos años...

Según los datos que pude reunir, no oficiales, usted tiene 38 medallas internacionales: 20 de oro, 10 de plata y 8 de bronce. De las nacionales no hay datos precisos ni cercanos.

¿38?, ¿verdad? Muy berraca yo.


MAURICIO SILVA GUZMÁN
Editor Jefe de la Revista BOCAS
Fuente: El Tiempo

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