DeNunCianDo - Ver Mensaje Individual - La niña electrica, El imverosimil caso de Angelica.

GABRIEL · 03-09-2015 , 09:08:15

EL SORPRENDENTE CASO DE LA NIÑA ELÉCTRICA

¿Es posible para una persona mover pesados objetos con sólo observarlos? La siguiente historia fue debidamente documentada y es la prueba fehaciente de que el ser humano posee recursos ilimitados aún sin explorar ni aprovechar.

Una niña campesina de Inglaterra, de baja estatura, ejercía una extraña influencia sobre las personas y los objetos. Se llamaba Angélica Cottin y los fenómenos que producía se pueden relacionar con la psicoquinesis y telequinesis, o bien, manejo de energías.

A Angélica se le conocía como la Chica Eléctrica o la Chica Poltergeist, y su caso excepcional, fue uno de los primeros casos de fenómenos paranormales investigados científicamente. Así pues, Angélica merece una seria atención, pues los fenómenos que producía hacen pedazos a toda la lógica a la que estamos acostumbrados.

Los fenómenos en torno a esta niña comenzaron a ocurrir en la ciudad de La Perriere, Francia, el 15 de enero de 1846, cuando contaba con apenas 14 años de edad. En una ocasión, a las 8 de la noche, Angélica junto con otras chicas, se encontraba tejiendo guantes de seda, cuando, de pronto, la rueca que usaban empezó a temblar como si tuviera vida propia. Inmediatamente, salieron del lugar corriendo y se lo contaron a sus vecinos, pero éstos no les creyeron y las obligaron a continuar con su trabajo. Una a una, las niñas volvieron lentamente de nuevo al taller, que se mantuvo tranquilo hasta que Angélica entró de nuevo en él. En ese mismo momento, las ruecas empezaron de nuevo a moverse misteriosamente. Todas las niñas gritaron de pánico, excepto Angélica, la cual sentía una extraña sensación de atracción hacia las ruecas.

Posteriormente, cuando los padres de Angélica se enteraron del incidente, sospecharon que su hija podía estar poseída. Entonces procedieron a llevarla a la iglesia del pueblo, para que fuera exorcizada. Pero el cura actúo con prudencia y pretendió primero presenciar el extraño fenómeno por él mismo, y convencerse así del extraño suceso, por lo que aconsejó a sus padres que llevaran a la niña con un médico.

Pero los extraños fenómenos producidos por Angélica continuaron. Cuando la niña trataba de sentarse en una silla, la misma silla la empujaba hacia fuera, y era tan grande la extraña fuerza que ni siquiera un hombre la podía sentar sobre ella. Cuando dormía en una cama, ésta se sacudía, y el único lugar en el que podía acostarse era sobre una gran piedra recubierta de corcho. Atraía los objetos, incluso sin contacto físico aparente. El simple toque de su mano, incluyendo muebles pesados, hacía que éstos rebotaran y saltaran increíblemente de arriba a abajo. Las personas que estaban cerca de ella tenían con frecuencia descargas eléctricas. Cuando estas cosas sucedían, el corazón de la niña latía a 120 pulsaciones por minuto, y en ocasiones se producían convulsiones en ella. Sus poderes en ocasiones desaparecían durante dos o tres días, para luego reaparecer sin previo aviso. Cuando ella se encontraba cansada, por ejemplo, los misteriosos efectos se reducían.

La niña fue conducida a París para que le realizaran estudios médicos. Allí fue examinada por el doctor Tanchou, que fue testigo presencial de sus increíbles poderes. En muchas ocasiones, el sofá en el que se sentaba la niña se movía por toda la sala de consulta. El médico, sumamente impresionado, requirió de los servicios del famoso físico y astrónomo, Francois Arago. Arago llegó a la conclusión de que los fenómenos eran reales y publicó un informe sobre ellos en febrero de 1846. Arago pensó que el poder de Angélica se debía al electromagnetismo. Observó que el lado izquierdo de su cuerpo, se hallaba más caliente que la parte derecha cuando se producían los fenómenos. Además, los fenómenos no se producían continuamente, sino más bien por la noche, entre las siete y las nueve. Arago se inclinó aún más hacia su teoría del electromagnetismo cuando descubrió que la niña tendía a lanzar los objetos que se movían a su paso hacia el norte, incluso la propia Angélica actuaba como una brújula, ya que siempre lograba acertar dónde se encontraba el norte de cualquier lugar en concreto. Cabe señalar también, como dato curioso, que estos fenómenos no se producían con objetos metálicos.

La salud física y mental de Angélica eran excelentes y no padecía anomalías de ningún tipo. Los padres de la niña, pobres y viendo una gran oportunidad para hacer dinero, decidieron, en contra de Arago y los médicos, realizar en París una exposición con la niña, para que la visitaran los turistas pagando una cierta cantidad de dinero. Sin embargo, el 10 de abril de 1846, los fenómenos paranormales desaparecieron, y ya no volvieron a presentarse jamás.