Es increíble. Cada vez que vengo me sorprendo. A pesar de Petro y su caótica gestión, Bogotá es una ciudad pujante que gracias al impulso del capital privado con la Cámara de Comercio a la cabeza, ha conseguido estar entre los mejores destinos de negocios de América Latina.

En Ciudad Salitre, por ejemplo, se construye un inmenso complejo urbanísitico, la llamada "Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo" que consta de 18 torres, de las cuales ya hay cuatro construidas, tres en plena construcción y las demás ya avanzan en los proyectos. Allí tendrá cabida el tercer hotel Grand Hyatt que se construye en latinoamérica (hay uno en Santiago y otro en Sao Paulo), un centro de convenciones de 40.000 metros cuadrados y parqueaderos para 7.500 verhículos. Se le proyecta como el gran centro exportador de Colombia y uno de los más grandes de la región.

Y así hay muchos proyectos que avanzan por toda Bogotá a los que se une la gran oferta cultural, hotelera, gastronómica, de entretenimiento y turística de primer nivel, hasta el punto de que la ciudad recibe el 50% de los turistas del país. Todo esto, repito, gracias a la pujante inversión privada que produce la tercera parte del PIB de Colombia.

Esta ciudad lo que menos necesita son politiqueros incompetentes y autoritarios con populismo barato. Se requiere un gerente que ponga la cuota del Estado para potenciarla aún más y el más indicado es Enrique Peñalosa quien tiene un ambicioso plan de reordenamiento territorial, dejando atrás el lastre de años de desidia, improvisación y corrupción.

Si Bogotá crece como crece a pesar de los alcaldes que le toca, imagínense lo que podría hacerlo si a la cabeza se encuentra un buen alcalde.