Esto me recuerda, por ejemplo, la historia del punkero de Bogotá. La noticia de prensa dijo que había atacado una pareja y en Denunciando se rasgaron las vestiduras diciendo que era una rata y que merecía ser fumigado. Después se aclaró que el que lo atacó fue el otro y que el punkero lo único que hizo fue defenderse y que la versión torcida de los hechos la proporcionó la novia del tipo que resultó ser un tipo de clase alta y xenofóbico. No todo lo que aparece como noticia hay que creerle. Y aunque les resulte aburrido, seguiré defendiendo la ley. Todas las personas tienen derechos, incluso el peor delincuente y entre ellos el de ser oídos y vencidos en juicio, tal como lo consagra la Constitución y la Carta de las Naciones Unidas y quien aplica la justicia por propia mano es otro delincuente más que debe ser castigado por la ley. Así funcionan las democracias.