pues de los paras estamos esperando siquiera una gota de verdad todavìa, de reparaciòn ya ni hablamos porque lo poquisimo que repararon volviò a sus manos por interpuestas personas y de sobra es sabido (y por ellos mismos admitido jactanciosamente) que se apoderaron del Congreso y las alcaldias del paìs con sus hijos, yernos, exesposas, cuñados y demàs joyas. Del rigor con que fueron atendidos en las prisiones no vale la pena ni hablar, los tours constantes de La Gata, el Gordo Garcia y Cia dan fe de lo mucho que sufrieron esos angelitos en prisiòn.
De ninguna manera estas lineas pretenden sugerir que la guerrilla reciba los mismos beneficios; una injusticia no se repara con otra.Tan solo que dejemos de ostentar una memoria tan selectiva y caprichosa.