Dos cuestiones se extraen de lo dicho por nuestro apreciado e ilustre senador:

Suspensión de los diálogos "hasta que haya una suspensión total y verificable de acciones criminales”. ¿Se da cuenta de la barbaridad de lo que escribe? Suspensión total y verificable implica concentración de la guerrilla en sitios específicos, única manera de que se pueda verificar el cese al fuego. Y como él mismo lo ha dicho, se les permitiría conservar las armas. Dados los numerosos frentes que tienen en todo el país, se necesitarían varios lugares de concentración. Por tanto:

1. En vez de uno propone crear varios Caguanes.
2. Los frentes golpeados por las fuerzas militares tendrán por fin un respiro, podrán rearmarse en todo el país, al quedar a salvo de la ofensiva militar.
3. Ya con este segundo aire, podrán romper u obligar a romper el proceso al gobierno y regresar a la guerra con todas sus estructuras fortalecidas, perdiéndose el gran esfuerzo de los últimos años por debilitarlas.

Censura a los diálogos con terroristas: “ningún gobierno democrático permitiría que avancen los diálogos con el terrorismo”. En plata blanca, con los únicos que se puede dialogar es con las monjitas de la caridad. Con los malos no se puede, salvo que se rindan, se vayan para la cárcel y se conviertan en buenas personas. En ese momento, transformados en hombres de bien, puede el gobierno dialogar con ellos. ¡Hágame el favor!

Senador, sus bandazos preocupan. ¿O no será su persona un infiltrado de las Farc? Casos se han visto. Da para pensar que proponga regalarles varios caguanes y no dialogar hasta que se rindan, lo que significa guerra total, pero en igualdad de condiciones ya que los nuevos enfrentamientos se darán con un enemigo fresco, mejor armado y con más hombres. ¿Será que la bilis le está ahogando las neuronas?