Después del fracaso de Atlanta, el deporte colombiano ha seguido una carrera ascendente gracias a varios actores (gobierno, federaciones, empresa privada, entrenadores nacionales y extranjeros y el descubrimiento y apoyo a grandes talentos) unido a la asistencia a competencias internacionales donde los nuestros se foguearon con los mejores del planeta.

Las cuentas estaban en superar las medallas de oro conseguidas en Guadalajara y conservar el sexto puesto en las justas. Al parecer y por la distancia que separa a la delegación colombiana de México, al final se va a conseguir el ascenso al quinto puesto, un logro inmenso.

Pero hay tareas pendientes que requieren de mucho esfuerzo. Seguimos siendo débiles en atletismo y natación, por ejemplo, pese a algunos avances y a la par con la consolidación de los deportes que nos dan grandes satisfacciones, estos hay que fortalecerlos.

De todas maneras un gran aplauso para toda la delegación. Nos llenan de orgullo y sacan la cara frente a las grandes potencias que aún nos llevan una gran ventaja.