Mis respetos, Camila. Una carta valiente, ponderada y certera de lo que debe ser un periodista y de lo que igualmente debe ser un político. Si quiere de verdad servir al país debe someterse al escrutinio público, dejar la manida frase "persecución política" y enfrentar tanto las acusaciones como los elogios, tan perjudiciales los unos como los otros.

Me extraña sobremanera esta salida de casillas de Clara López, quien a lo largo de su carrera política ha demostrado su inteligencia y la probidad de sus actos. Olvidó que se contesta con argumentos, que la mejor defensa son los hechos, y que la mejor respuesta es la claridad de la verdad.

Y como lo comenté alguna vez, creo que Clara López sería una buena alcaldesa, pero me ponen los pelos de punta algunos acompañantes suyos, sectarios, fundamentalistas y ortodoxos, fósiles que como sus homólogos de la extrema derecha, sólo ven el mundo en blanco y negro.

Dinosaurios de la depredación, de las verdades reveladas, del evangelio ideológico tallado en piedra, de la moral momificada, de la polarización sin pausa, deben pasar a buen retiro con las gracias incluidas por sus servicios prestados a la evolución: sin ellos nunca habríamos visto la necesidad de la llegada de los mamíferos.