En una guerra, César, los malos son los del otro lado, los únicos que cometen todas las atrocidades y los buenos, los de este lado, en quien se depositan todas las bondades y todas las justificaciones. De ahí que una de las principales reivindicaciones que busca la paz sea la verdad.

El Centro de Memoria Histórica, luego de un juicioso estudio de varios años y el análisis de la guerra colombiana desde diferentes disciplinas y diversos puntos de vista, detalló las atrocidades cometidas por TODOS los actores de la guerra: paramilitares, agentes del Estado, políticos y guerrilleros.

Ampliamente documentados se encuentran las matanzas, los crímenes de guerra y de lesa humanidad, los desplazamientos, la suma de degradación en la que incurrieron TODOS los protagonistas, siendo el grupo más feroz por la cantidad de masacres causadas y la sevicia empleada, los paramilitares.

Pero la guerrilla también puso su cuota de barbarie (Bojayá,los secuestros infames y las minas antipersonales son un ejemplo), al igual que las fuerzas militares, siendo lo más relevante los desaparecidos del Palacio de Justicia, los crímenes cometidos al amparo del Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala, el contubernio con los paramilitares y los falsos positivos.

Pero en foros como éste, los únicos responsables de los crímenes cometidos en esta guerra degradada son las Farc. Los demás, como por arte de magia, son absueltos o lo que es peor, justificados. Y quien se atreva a decir lo contrario es tildado de consueta de las Farc, aliado del terrorismo o simplemente guerrillero.

En lo personal creo que el fin del conflicto armado colombiano es el primer paso hacia la paz y le apuesto a ello. Infortunadamente, las secuelas de la guerra permanecerán durante mucho tiempo como las minas quiebrapatas que, como lo explicaron los altos mandos militares, su desactivación le corresponde exclusivamente a los especialistas del ejército. Los guerrilleros únicamente ayudarán mostrando su ubicación.

El fin del conflicto armado no hará desaparecer estos artefactos cobardes de milagro, pero facilitará su neutralización y parará su siembra que de por sí no es la panacea pero es mejor que seguir en guerra y aumentar las víctimas, el odio y la exclusión.