BISMARCK, ND, enero 2- Jean Hilliard era rígida literalmente congelada '', como un trozo de carne de un congelador, '' cuando un amigo la encontró en la nieve después de una noche de 22-bajo cero temperaturas. Pero el 19-años de edad, ha tenido una recuperación inusual. '' En el peor, podría perder un par de dedos de los pies '', dice ella. '' No puedo explicar por qué ella está viva '', el Dr. George Sather, que ayudó a tratar a la joven, dijo hoy. '' Estaba rígida congelado, literalmente. Es un milagro. '' Señorita Hilliard se congeló después de un accidente automovilístico la medianoche en la zona rural del noroeste de Minnesota. Cuando ella llegó a la Fosston, Minnesota, hospital, su piel era demasiado difícil de perforar con una aguja hipodérmica. Su temperatura era demasiado baja para inscribirse en un termómetro. Su rostro estaba pálido y sus ojos eran sólidos y no respondió a la luz. Descongelar Fuera Proceso '' La reacción no apareció hasta dos o tres horas después de que ella comenzó a descongelar a cabo '', dijo el Dr. Sather. '' El cuerpo estaba frío, completamente sólida, como un trozo de carne de un congelador. '' Su calvario comenzó tarde 20 de diciembre cuando regresaba a casa de sus padres cerca Lengby, Minn. El coche de la familia salió de la carretera en el borde de la reserva india de Tierra Blanca y se estancó en el viento, el clima gélido. Vestido con botas occidentales, un abrigo y guantes, ella comenzó a caminar a la casa de Wally Nelson dos millas de distancia y se desplomó a sólo 15 pies de su puerta. Sr. Nelson la encontró como salió por la puerta a las 7 de la mañana del día siguiente. Su cuerpo estaba tan rígido que el Sr. Nelson su carga '' diagonal '' en el asiento trasero de su coche y se dirigió al hospital. Los médicos no pudieron darle alimentación intravenosa debido a '' ella se congeló demasiado sólida para penetrar la piel '', dijo el hermano del Dr. Sather, el Dr. Edgar Sather. Su pulso, casi no registrarse a través de su piel congelada, era de unos 12 latidos por minuto. Y su temperatura era demasiado baja para un termómetro, la mínima lectura de 88 grados, 10 grados por debajo de lo normal. Pero en varias horas, envuelto en una manta eléctrica, comenzó a revivir.