Nuevamente, me uno a los compañeros puteros que advierten sobre enamorarse de las putas. Ellas están ahí para crear una fantasía, son conscientes que si se meten con un cliente, en cualquier pelea les van a sacar el pasado en cara. Tienen sus novios con sus buenas entradas a la cárcel, le gusta el perico, la maracachafa, robar si pueden, la plata fácil. En ese sentido, cualquier peso que se gasten en ellas es perdido, en este mundo es cuando cobra más válidez aquello de que el que se enamora pierde. Ahorren para dejar de montar en el Transmi, compren buena ropa, no se nieguen lo que ustedes valen, las 100 lucreciass de llevarlas a comer y a cine sirven para otra cosa, y a ellas eso les vlae hongo, o usted qué pensaría de tener que comerse 1000 manes al año (promedio 3 diarios). POor eso esas viejas se meten toda la droga que les cabe, porque eso es duro, porque hasta el más imbécil de los vecinos se da cuenta, pero son tan maniflojas que prefieren pasar por la verguenza de ser la escla más baja de la sociedad, junto con los rateros y asesinos, que trabajar. Eso es un puta, y la que es no deja de ser. Son mujeres sin alma, la cagaron y ya no pueden salir de un mundo que las envuelve en una espiral de desprecio y desgracia, que estrellan en el idiota que ponga los ojos en ellas y todo el resentimiento que tienen encima