Un mensaje pedagógico de Mockus sobre la importancia de seguir dialogando y romper la espiral de violencia que se reanuda con la emboscada y el bombardeo, guerra de venganzas cuyo único perdedor es la población civil. Ghandi lo dijo en su conocida frase: "Ojo por ojo y el mundo acabará ciego".

En este momento el futuro de los diálogos es incierto aunque ninguna de las partes se ha querido parar de la Mesa. Lo cierto es que han quedado gravemente afectados y se requiere de acciones que restablezcan la confianza de las partes, lo que no parece fácil en un año electoral en el que la paz y la guerra serán el botín de partidos e ideologías en busca de los votos que les garanticen el poder.

Por supuesto, cuando manda la parada la cabeza caliente, insistir en la paz es un mal negocio y quien se atreva a hacerlo se le tildará de cómplice de terroristas, adobado por un catálogo de insultos de todas las especies. Estamos en la era de la testosterona donde cada quien se esfuerza por mostrarse como el macho alfa de la manada.