Es el problema de tener ignorantes como legisladores. La conexidad entre el delito político y los comunes existe desde hace mucho por una razón obvia, si yo me levanto en armas para tomarme el poder (delito político de rebelión) tengo por fuerza que portar armas (delito común), herir (lesiones personales), matar (delito de homicidio), destruir bienes enemigos (daño en cosa ajena), etc. El problema, por supuesto, se da cuando aparecen otros delitos en una zona gris como la financiación que de suyo debe ser ilegal (secuestro, extorsión, narcotráfico), o se trata de destruir la infraestructura del enemigo y se cometen delitos contra el medio ambiente como la voladura de oleoductos o se cometen crímenes de guerra como el reclutamiento de menores y la siembra de minas antipersonales. Aunque no hay consenso, se mira el objetivo final para saber si un delito común es conexo con el delito político.

Y respecto a que se les tenga en cuenta a los jefes guerrilleros su estancia en Cuba como parte de la pena cumplida es una soberana idiotez que busca armar un problema mayor en vez de solucionarlo. Flaco servicio le hace a la paz este atolondrado parlamentario con semejante propuesta. De lo que se ha hablado es que se tenga como tiempo de reclusión el lapso que permanezcan en las zonas donde deberá concentrarse la guerrilla luego de la dejación de armas, zona que será custodiada por las fuerzas armadas y sometida a verificación internacional.

Don Hernán, deje de emular al Chavo del ocho.