Creo en Falcao y sé que aún le queda cuerda para rato, aunque en menor grado del que nos tenía acostumbrados, pero es inevitable la comparación con el "Chicharito" que ha padecido la banca y ha tenido aún menos minutos que el colombiano. Los resultados están a la vista. Pese a haber sido ninguneado por Ancelotti, los pocos que ha disfrutado los ha aprovechado al máximo y la muestra es la última semana mágica. En un equipo diezmado por las lesiones, se le encomendó la tarea de acompañar a Cristiano y cumplió con creces, sorprendió a todos. No sólo anotó un gol decisivo ante el Atlético, permitiendo el paso del Madrid a las semifinales de la Champion, sino que hoy, en el partido contra el Celta de Vigo, anotó dos de los cuatro que les permitieron a los blancos regresar vivos en un partido complicado, abierto y peligroso.

Falcao, en cambio, no ha hecho otra cosa que confirmar el error de su fichaje. Su presencia en el campo es gris, un bulto más que nada aporta al equipo, como sucedió hoy en el encuentro contra el Everton. Jugó todo el segundo tiempo y la única jugada de riesgo que tuvo lo pilló en fuera de lugar. La puerta de salida la tiene abierta. Ojalá todo sea un bache, tenga una buena Copa América y en su nuevo equipo retome el olfato goleador.