Es algo que nunca he podido entender. Las ve uno en las pasarelas, en las fotos, en las cuñas, con sus huesos a flor de piel y no le cabe en la cabeza qué atractivo puedan tener. Piernas que son patas de pollo, rodillas huesudas, campeonas de natación, nada por delante y nada por detrás, y airosas desfilan en medio de aplausos.

Hace un tiempo en la pasarela Cibeles se tomó la misma medida, aunque en otros centros de la moda se sigue insistiendo en los desagradables huesos.

En nuestro medio es al revés. Mandan las siliconas y tetas y culo se aumentan desproporcionadamente, hasta el punto de ofrecer una figura deforme y desagradable. tetas descomunales que lucen ridículas en cuerpos menudos o pequeños y culos exagerados que putean la figura.

Todo debe ir en su justa medida, de acuerdo con las proporciones del cuerpo.