En alguna ocasión en mi casa recogimos a un perrito que habían tirado desde un carro. Creímos en un comienzo que tenía un problema en sus patas porque duró un par de días sin levantarse. Con paciencia y mucho amor lo alimentamos y le brindamos confianza. El perrito se paró, aunque siguió siendo temeroso. Nos imaginamos el maltrato de que había sido objeto. Le temía a los humanos, pero después de unas semanas, conseguimos que recobrara algo de confianza y se nutriera. No podíamos conservarlo por las mascotas que teníamos, y le buscamos un nuevo hogar a través de facebook. Quienes lo recogieron desde el primer momento lo cargaron y le manifestaron su cariño. Seguramente, en su nuevo hogar, hoy sea un perrito feliz, pero cuesta, cuesta mucho recobrar anímicamente a una mascota que ha sido maltratada. Pero se puede.