Pongamos un ejemplo simple. Estoy en mi casa, salgo a la puerta y digo que todo el barrio me apoya porque he recibido algunas llamadas telefónicas donde algunos vecinos me aseguran que están conmigo, pero las calles siguen su vida normal. Diferente sería, si en vez de afirmarlo yo, todo el barrio se congregara en torno a mi casa a manifestarme su apoyo.

Una cosa son las palmaditas en el hombro y otra bien diferente comprometerse de verdad. Como dicen los que saben, del dicho al hecho hay mucho trecho. Si tanto es el apoyo porque no rompen relaciones con Estados Unidos, o lo bloquean comercialmente, o le mandan comunicaciones oficiales de gobierno a gobierno manifestándole su rechazo y a lo que se aboca si no da marcha atrás.

Una cosa es acompañar al amigo al cementerio y otra bien diferente es enterrarse con él. Nadie quiere enemistarse con Estados Unidos, ni siquiera Maduro que a pesar de que el imperio le organiza todos los días golpes de Estado e intentos de asesinarlo, quiere dialogar. ¡Hágame el favor!

En resumen, es una simple pataleta y no pasará de eso, de simple pataleta, dirigida hacia adentro, para que los venezolanos lo vean como el mosquito que desafía el insecticida y pueda ganar las próximas elecciones.