Independientemente de que se desenmascare, en este caso, al cerebro detrás de estos crímenes se fija una posición: funcionario que "en cumplimiento del deber" amenace a ciudadanos inocentes va a terminar con sus patitas en la cárcel. No es poca cosa para una sociedad acostumbrada desde tiempos inmemorables a dejar pasar cualquier abuso por parte de los patrones.