Una pareja de ancianitos cumple 60 años de casados. Puesto que pertenecen a una iglesia, los feligreses les preparan una gran celebración y los ensalzan como ejemplo para los demás miembros de su congregación.
No faltó, por supuesto, quien le preguntara:
- Hermana, cuéntenos, ¿alguna vez en esos sesenta años pensó usted en el divorcio?
A lo que la viejita respondió:
- No… No... yo nunca he pensado en el divorcio. En el asesinato sí pensé muchas veces pero en el divorcio nunca.