Todos los hinchas que se encuentran en un estadio se ilusionan, en algún momento, con que algún remate se pierda en la tribuna y así por fin, poder tocar el balón que sus ídolos patean. Pero a algunos se les va la mano…
La victoria del Real Madrid 3 a 0 frente al Espanyol tuvo, sin dudas, la jugada más curiosa en este arranque del 2015. Un jugador del equipo catalán intentó rematar al arco de Iker Casillas, pero su remate se fue totalmente desviado a la grada. Allí lo esperaba un hombre (por demás robusto) con la esperanza de un nene para emular a su tan querido Iker.
Pero una butaca más adelante se encontraba un intrépido que con su mano derecha desvió la trayectoria y con el amague, el pobre hombre terminó de cabeza en las butacas. Por suerte tenía un amigo que atinó a agarrarlo (sino la caída hubiese sido peor)…