Comportamiento dinámico
Como ocurre con casi todos los Toyota, el Etios es un producto apuntado a un cliente que busca la practicidad y la racionalidad de uso.
"Quítame una central multimedia y dame una suspensión y mecánica que dure por años" podría decir el clásico consumidor de la marca, en una adaptación libre de esa clásica frase "colinchapmanesca" relativa al peso y la potencia.
En el andar urbano el Etios se defiende con un propulsor progresivo y ágil, gracias a una caja con un paso de cambios muy suave en su tacto, siendo precisos y estando bastante arrimados entre sí, resultando así una transmisión que le saca todo el jugo posible a los 90 cv de potencia del 1.5.
La dirección es otro gran acierto de Toyota. Si bien cuenta con un sistema eléctrico con un tacto algo artificial y desmultiplicado en exceso a baja velocidad, la maniobrabilidad del Etios es para sacarse el sombrero.
Al tener muy buena asistencia, y contar con las ruedas en los extremos de la carrocería, casi sin voladizos, estacionar es muy sencillo, y para hacer giros en "U" o cambios de frentes facilita muchísimo todas esas tareas. El radio de giro de 4,9 metros, junto con la longitud de 3,77 m son una fórmula ganadora para los espacios reducidos.
El esquema de suspensiones prioriza el andar en ciudad, siendo noble y suave ante los pozos y lomos de burro. El chasis va de la mano con un impulsor enérgico y el resultado es un vehículo que si bien no es divertido de conducir, es de los más confortables de su segmento para el tránsito urbano.
Se mueve como
pez en el agua, y se lo nota bastante ligero, producto de su bajo peso en orden de marcha, por debajo de los 1.000 kg. Al 1.5 se lo puede usar por debajo de las 2.500 vueltas sin que el motor se quede sin fuerza, y el torque, si bien no es generoso, igual nos permite doblar con la tercera conectada.
Si tenemos que encarar curvas de mayor velocidad, como en ruta, por ejemplo, la suavidad de las suspensiones pasan factura y la carrocería se inclina apoyando bastante el tren delantero, aunque sin llegar a ser un producto inestable, ya que presenta reacciones bastante predecibles y francas.