Un estudio realizado por la World Health Organization en el 2013 califica los sistemas de salud en el mundo de acuerdo a los resultados obtenidos midiendo el grado de cobertura y la calidad de la atención brindada. Los 4 primeros, Islandia, Inglaterra, Canadá y Australia tienen un sistema donde el único prestador es el Estado y el servicio es gratuito, bueno, gratuito no, lo pagan los impuestos recaudados, pero no hay que mostrar bonos ni girar cheques cuando se acude al hospital. En 5 lugar aparece Alemania cuyo sistema no entiendo un carajo pero depende en buena medida de los aportes de los particulares. De ahí en adelante aparecen España, Suecia, Noruega, Holanda, Suiza, Francia y Chipre con un sistema igual al de los primeros. En 13 lugar aparece Estados Unidos cuyo sistema es el primero en esta lista que clasifican como "de mercado". El que copiamos con tanto éxito.

Saquemos a los europeos del ranking aclarando que Chipre no es que me parezca una potencia económica muy solida que digamos. Nos quedan todavía Canadá y Australia que de lejos superan a los gringos en este aspecto.

El anterior sistema tenia muchas fallas de corrupción lo cual en este país no era necesariamente algo exclusivo del sector. Y sobre todo: es algo que no ha sido ajeno al actual sistema. Metimos unos intermediarios que no solo no han mejorado la atención sino que por ley reciben buena parte de nuestro sueldo todos los meses sin falta. Resumiendo: con la ley 100 no es que haya mejorado sustancialmente nuestra salud, algo se logró no lo niego, pero no una cosa que digamos "bruto que locos estos colombianos, apenas tosen en la calle corren a examinarlos y a darles la medicación que necesitan". En cambio si se han enriquecido como locos, literalmente como locos (los excesos que se ven en ese ámbito y en el el Cartel de la 72 harían enrojecer de envidia a Escobar y a Gacha) unos intermediarios que cada dos días demuestran ante los medios no solo una ignorancia supina sobre el tema sino un desinterés casi criminal en sus obligaciones.