El problema de estas noticias es que se dan fuera de contexto y sirven para ensalzar o descalificar sin mayores argumentos.

Bolivia ha venido creciendo gracias a los buenos precios de las materias primas. En el caso de Bolivia, el 80% de sus ingresos dependen del sector minero y el 20% de productos no tradicionales. Los excelentes precios del petróleo ayudaron en mucho a Bolivia, pero ahora, con la caída del crudo a menos de 70 dólares el barril y teniendo en cuenta que el gas depende de estos precios, la economía boliviana va a sufrir mucho y se espera que de persistir estos precios, en 2016 los efectos negativos van a ser muy fuertes debido a la excesiva dependencia de las exportaciones de materias primas.

Ahora, hay que resaltar que, además, el gobierno boliviano ha tenido un manejo ortodoxo en su economía, si bien favoreciendo a los sectores populares. Además, pese a las nacionalizaciones, el gobierno ha mantenido reglas de juego claras para la inversión extranjera, lo que ha hecho posible que siga manteniéndose constante. Y a diferencia de Venezuela, no ha dado lugar a expropiaciones, vende a precios competitivos su gas a Brasil, por ejemplo, y no regala su renta petrolera. Además, hay que resaltar su polítca de microcrédito l.o que ha permitido a los sectores vulnerables acceder al sistema financiera y tener la oportunidad de mejorar sus ingresos con empresas familiares.

Un manejo juicioso de la economía, buscando el equilibrio social, sin desmadres socialistas, siguiendo el ejemplo de China: ortodoxos en lo político con matices autoritarios y veleidades populistas y heterodoxos en la economía, con un equilibrio entre el Estado y el sector privado. La muestra es que en las pasadas elecciones, Morales ganó en Santa Cruz, gracias a pactar con los ricos empresarios, siguiendo el viejo lema "hagámonos pasito".

Ahí están las explicaciones. Gracias a haber dejado atrás las locuras chavistas y acercarse más al modelo chileno y uruguayo, unido a los buenos precios de las materias primas, Bolivia ha conseguido crecer. El futuro es incierto, sin embargo por su excesiva dependencia de los minerales, aunque a largo plazo, sus yacimientos de litio para la producción de baterías para los vehículos eléctricos transformarán el país, convirtiéndose en lo que algunos economistas ya tildan como Bolivia Saudita. Esperemos que la locura populista no se desate y la prosperidad sostenida se mantenga.