Así se mueven las fuerzas políticas, cuando faltan 11 meses para las elecciones.


Foto: Archivo / EL TIEMPO
Rafael Pardo, Clara López y Francisco Santos, hasta hoy los tres candidatos más fuertes a la Alcaldía.

El respaldo del Centro Democrático (CD) a la candidatura del exvicepresidente Francisco Santos a la Alcaldía de Bogotá acaba de prender la campaña por el segundo cargo público más importante del país, cuando aún faltan 11 meses para dicha votación.

El uribismo tratará de arrebatarle el poder a la izquierda, que ha dirigido los destinos de la ciudad durante los últimos 12 años, en un contexto aparentemente inmejorable para este fin: la capital registra hoy el nivel de pesimismo más alto de los últimos 20 años y la gestión del alcalde Gustavo Petro es desaprobada por el 69 por ciento de la población, según la más reciente encuesta de Gallup.

Los planes del CD en Bogotá van más allá del palacio Liévano, pues también tratarán de conquistar un alto número de curules en el Concejo. De hecho, la colectividad ya definió que la persona que encabezará la lista a esa corporación será Alicia Arango, la exsecretaria privada del expresidente Álvaro Uribe.

En el Concejo, el uribismo intentará repetir los resultados de las pasadas elecciones al Congreso, cuando obtuvo la votación más alta en la Cámara por Bogotá, con un total de 317.898 votos y cinco representantes.

Se espera que Santos sea proclamado como el candidato del CD en la convención del partido en marzo, ya que en torno a él se ‘cocinó’ un acuerdo entre Uribe y el excandidato Óscar Iván Zuluaga, tal como lo aseguró la representante a la Cámara Tatiana Cabello, del CD.

“Las alianzas estarán abiertas a todos los partidos de la Unidad Nacional que quieran sumarse a esta candidatura”, anunció Cabello.

Este es el panorama

Este arranque precipitado de la campaña en Bogotá también se siente en las demás precandidaturas.

Por los lados de la izquierda, la exalcaldesa (d) Clara López –quien parte de favorita según las encuestas divulgadas hasta ahora– se está moviendo intensamente con miras a convertirse no solo en la candidata del Polo Democrático, sino en la de todos los sectores de izquierda y los movimientos alternativos.

López busca, en sus propias palabras, conformar un “frente amplio” y en ese propósito ha sostenido reuniones recientes con el alcalde, Gustavo Petro, en busca de su guiño electoral.

Un sector de los Progresistas –ante las divisiones internas y la falta de claridad sobre su futuro político– se está acercando a López, una de las grandes sorpresas electorales en la pasada contienda presidencial. Ella obtuvo casi dos millones de votos en la primera vuelta en todo el país y 500.000 de esos sufragios se dieron en Bogotá, una plaza que conoce muy bien.

Sin embargo, la primera tarea de López está en su propio partido, ante las públicas discrepancias con el sector del Moir, representado por Jorge Enrique Robledo, el senador más votado del país. “Es la candidata más fuerte y tiene a su favor la burocracia distrital que se creó en los últimos 12 años alrededor de la izquierda. Por eso, el uribismo no la tendrá fácil”, explicó César Caballero, gerente de la firma encuestadora Cifras y Conceptos. Durante los últimos 12 años, el uribismo –incluso con el propio Uribe desde el poder en la Casa de Nariño– no pudo en Bogotá.

La tercera candidatura que se da por descontada será la del exministro del Trabajo Rafael Pardo, quien busca el respaldo de los partidos que integran la Unidad Nacional del presidente Juan Manuel Santos en el Congreso: ‘La U’, el Partido Liberal y Cambio Radical.

Pero, además de eso, hay otro sector, con raíces en el petrismo, que también puede llegar a simpatizar con las tesis de Pardo, como el que lidera el concejal Carlos Vicente de Roux, hoy en la Alianza Verde y distanciado de Petro por grandes diferencias en la lucha contra la corrupción.

Pardo ya ha comenzado a abonar el terreno para su campaña política con un programa de televisión que se transmite los lunes festivos y donde él, en un papel de entrevistador, se dedica a analizar los problemas más graves de la capital del país con invitados de primera línea.

La apuesta de Pardo, en el corto plazo, será consolidar una candidatura ubicada en el centro del espectro político, en medio de la aguda polarización que podría presentarse entre la candidatura del uribismo y la de la izquierda, y que iría aumentando a medida que se acerquen las elecciones, en octubre del próximo año.

“La gente preferiría no tener que escoger entre uno de los dos extremos porque siente que esas peleas, que tanto marcaron el gobierno de Petro, afectaron el desarrollo de la ciudad. Por eso, Pardo puede ser un candidato de consenso”, señaló el analista Héctor Riveros, exsecretario de Gobierno en la alcaldía de Enrique Peñalosa.

Aunque el panorama indica que entre López, Santos y Pardo se definiría la próxima Alcaldía de Bogotá, es posible que en el largo camino que aún falta por recorrer surjan nuevas e inesperadas candidaturas.

Caballero, de Cifras y Conceptos, no descarta por ejemplo que el exalcalde Enrique Peñalosa aspire nuevamente a nombre de la Alianza Verde, pese a sus más recientes derrotas políticas en Bogotá, cuando perdió frente a Samuel Moreno, en el 2007, y Gustavo Petro, en el 2011.

Peñalosa, hasta ahora, ha dicho que no tiene intenciones de dar una nueva pelea, pero en política las decisiones varían dependiendo de la coyuntura y hasta agosto del próximo año habrá plazo para inscribir las candidaturas. En los ‘verdes’, Caballero también ve con opción al senador John Sudarsky, cercano al exalcalde Antanas Mockus.

Los conservadores podrían jugar igualmente con un candidato propio, si es que no le apuntan a una alianza con el Centro Democrático. Y en este escenario suenan con fuerza el exministro Juan Carlos Echeverry y el excomisionado de paz Camilo Gómez.

Tampoco se debe ignorar lo que ocurra con el exvicepresidente Angelino Garzón, quien se debate entre una candidatura a la Alcaldía de Bogotá o Cali.

Riveros afirmó que “el factor Petro” puede ser decisivo en la contienda por esa “organización fuerte” que ha logrado consolidar desde la Alcaldía. El progresismo podría inclinarse por figuras como Guillermo Alfonso Jaramillo o María Mercedes Maldonado, quienes tuvieron un papel destacado en la Administración Distrital, pero el movimiento aún no ha dado ninguna señal al respecto y, lo más probable, es que un amplio sector de esa corriente se adhiera a López, por afinidades ideológicas.

Lo único cierto, por ahora, es que Bogotá entró en un anticipado ambiente de campaña electoral y quedan por delante 11 meses en los que cualquier cosa puede ocurrir.

Fuente: El tiempo