No importa que se le dé patente de corso a la mediocridad, negocios son negocios así la calidad se vaya por el caño.

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Plata en mano, nivel en tierra Siempre se ha dicho que los hinchas no juegan, pues tocó tragarse esas palabras. 5:20 p.m. | 7 de octubre de 2014 Y resucitaron a la criatura. El electrocutazo que permitirá que otro club ‘tradicional’ de la A suba de manera inmerecida de la tumba de la B llegó por una única razón: la plata. No voy a ponerme vendas románticas e idealistas, pues bien sé, como diría ‘el filósofo del merengue’ Wilfrido Vargas, que por la plata baila el mono. O mejor, se resucita un Frankenstein. Y el fútbol, perogrullada repetida, es un negocio. Es apenas obvio que a más hinchas (compradores activos y potenciales) más posibilidades de venta de todo: de boletas, de publicidad por ratings de TV, de señales de TV, de recordatorios y artículos de mercadeo, etc... Por eso la nueva Liga de 20 equipos. Y, no nos digamos mentiras, la medida está hecha para que América vuelva a la A, levante asistencias y audiencia de TV. Para que dé, en teoría, más billete. Siempre se ha dicho que los hinchas no juegan. Pues hoy toca tragarse esas palabras: la hinchada del América por su volumen determinó la decisión. Ya hizo más que los jugadores y los dirigentes por el equipo. Y si América no logra subir ahora, ya sea en el actual torneo o en el relámpago de enero, no tiene excusa; aunque ya se la dieron gratis: que cualquiera de los otros ‘tradicionales’ de la A en la B tienen más fanáticos que los que ya subieron. Ramón Jesurún, el presidente de la Dimayor y padre de este Frankenstein, insiste en que el objetivo no es para subir al América. Pero blanco es, gallina lo pone y frito se come. Como ya lo dije, considero que estos ascensos así, entre a la brava y torneo fugaz, no son sanos, atentan contra la B y su espíritu y, lo más serio, contra el nivel deportivo de la Liga. Desde hace años sostengo (ahí está el archivo de EL TIEMPO) que el torneo se niveló por lo bajo, que los grandes se achicaron (¡para la muestra este Frankenstein!), que los chicos imponen su mayoría... ¡Si los malos no han podido ascender y dos de ellos lo harán con ‘ayudis’, pues...! ¡La decisión no está pensada para subir el nivel deportivo! Si así fuera, con 20 equipos pudieron hacerle una reingeniería al formato. Pero el sistema, el gran causante de la mediocridad de nuestro fútbol se mantiene intacto. Se cambió calidad por emotividad. Soy coherente con mis principios y no cambio de opinión como una veleta según el viento. También he sostenido que los grandes tienen la responsabilidad de subir el nivel. No al revés como pasó acá y como pasa ahora con este ascenso. La responsabilidad de los grandes es precisamente esa, la de ser grandes y poner el listón bien alto, como el Madrid o el Barça, que hicieron que Atlético, Sevilla, Bilbao o Valencia se pellizcaran y llenaran siempre los cuartos de final de las más grandes copas europeas. El único grande de la A en la B es América, los otros de la A enterrados en la B nunca lo fueron, no lo son. Plata en mano, muchachos, y nivel en tierra... Eso pasó. Meluk le cuenta… GABRIEL MELUK Editor de Deportes

Fuente: El Tiempo