Para que un equipo funcione como tal, cada uno de los componentes debe cumplir una función específica, asignada por su entrenador. No basta con aunar una constelación de estrellas para garantizar el éxito. El del Real Madrid y su política de fichajes para esta temporada es un caso testigo.
Cualquiera puede suponer que el mero arribo de James Rodríguez y Toni Kroos, por citar a las dos principales incorporaciones merengues del último mercado, potenciaría el esquema madridista. Y lo cierto es que se logró, pero no sin definir las tareas de cada uno.
A James, por caso, Carlo Ancelotti le exigió que para ser titular debía convertirse en engranaje entre los mediocentros (Kroos y Modric) y el tridente ofensivo (Cristiano, Bale y Benzemá), participando de la construcción ofensiva y, lo más trabajoso, colaborando intensamente en la recuperación del balón. Y en ese sentido, la apuesta ha resultado más que satisfactoria porque el colombiano es, por lejos, el mejor recuperador de los “4 fantásticos”.
El “10” blanco lleva 23 pelotas robadas en 501 minutos de juego, cifra que marca grandes diferencias respecto a Bale (9 en 522), Benzemá (7 en 373) y Cristiano (6 en 464). James así la misma cantidad de balones que Modric en 423 minutos, y se ubica segundo en el rubro detrás de Kroos -un especialista- , con 42 en 558.