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Antiguo 02-10-2014 , 22:54:27   #2
PEDROELGRANDE
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PixelSHERLOCK Finished Respuesta: Acátodavíaofendenconlapalabramariquita¿ciertoOoOps?La transexualidad como una"anormalidad

La transexualidad es una diferencia que desestabiliza el orden social: al no haber una sujet@s que se asuman hombres y mujeres heterosexuales, no habría una reproducción obligatoria, se modificaría la idea de familia y las relaciones sociales cambiarían. Por ello, es necesario integrarla. La regulación del comportamiento será una estrategia política para continuar con las normas.
El sometimiento ya no se hará tomando los cuerpos, sino nombrándolos, señalándolos, ridiculizándolos. Uno de los discursos disciplinarios proviene de la biología y la medicina: presentan cuerpos enfermos que deben ser curados, como el de l@s transexuales. Esta idea establece parámetros de normalidad y configura imaginarios colectivos sobre las identidades sexuales. Aparecen cuerpos XX y XY que a su vez tienen una congruencia con el género asignado. Ambas características, sexo-género son presentadas como "naturales". Ser hombre y mujer no sólo es lo normal-natural, sino también es lo sano, y un modelo a seguir. Parece que no hay puntos intermedios o matices, los dos polos definen a las excepciones, así la transexualidad se convierte en la diferencia, descrita por la ciencia como incongruencia sexo-genérica que debe ser corregida mediante operaciones y tratamientos hormonales.

La discusión hegemónica sobre la transexualidad la han centrado en la disforia de género, los psicólogos, médicos, biólogos, sociólogos, etc. se preguntan por qué hay mujeres atrapadas en cuerpos de hombres, o viceversa. La medicina y la biología han dado soluciones justificándose con la "verdad", la "objetividad" y la "certeza" que caracterizan a la ciencia. Estos planteamientos se han sometido a debate, ya que la disforia señala a las personas como enfermas, lo que provoca que haya una necesidad de transformar los cuerpos para alcanzar una normalidad.
La transexualidad va más allá de algo corporal, pues aunque el cuerpo es lo que está en discusión, tanto en la definición como en la lucha biopolítica, lo cierto es que hay un contexto que ha determinado los valores y significados de esos cuerpos, así como la manera en que tiene que comportarse.

Una anormalidad-patológica: un discurso médico y biológico

El problema es que somos enfermas, ante la sociedad, ante el gobierno y ante los médicos, gracias a esa postura que han tenido, es decir que medicamente tenemos que hormonizarnos para construirnos. Si nuestra imagen corpórea no va con nuestra identidad estamos fuera de una sociedad, entonces te están obligando, te están patologizando, te están criminalizando y aparte están judicializando la identidad [...]
(Lola Dajà-vú Delgadillo Vagas, D.F., 12 de Junio de 2014).

El discurso medico no hace posible la transexualidad [...] no da una libertad ni siquiera a nivel legal, el sentirme obligado a pasar un proceso legal-judicial no me hace sentirme libre [...] no quiero hormonas para toda la vida, porque me siento condicionado a una sustancia externa a mi cuerpo y eso no me gusta y eso no me hace un hombre libre, y no viene condicionado por mí, sino por el sistema médico, científico, endocrinólogo, etcétera.
(Daniel Zuñiga, D.F., 13 de Junio de 2014).

La decisión política sobre la anormalidad-patológica de la transexualidad ha sido avalada-producida por los discurso de la medicina y la biología, si bien el orden social está conformado bajo una lógica binaria de complementariedad, creada por instituciones como la iglesia o la familia, la ciencia ha sido parte de las determinaciones que configuran la identidad sexo-genérica. Por un lado, sus planteamientos son fundamentales para definir a los cuerpos biológicos como cuerpos sexuados (femenino-masculino), y por otro han presentado la transformación corporal como una solución a la alteración.
El primer punto ha producido un imaginario social sobre la "naturalidad" de los cuerpos, se plantea que cada sexo tiene funciones que cumplir, sin embargo esas funciones no quedan a nivel orgánico, es decir lo femenino y masculino sólo tienen sentido por lo que significan en las relaciones sociales. Pensar que las categorías sexuales son neutras, nos hace olvidar que detrás de dicha clasificación hay sujet@s sociales, científic@s, que nos dicen cómo llamarlos, para qué funcionan y cómo deberían ser; en general hay valores sociales que los determinan. El segundo punto es la confirmación del orden sexual. La cura corregirá los cuerpos que no coinciden con los ya definidos por un sistema de género.

Así, aparecen ciertos protocolos y cuadros que categorizan y jerarquizan lo "enfermo". Lo anormal se vuelve blanco del control, de la disciplina y la regulación. Los médicos y psicólogos trazan el camino que se tiene que seguir para poder llegar a ser lo que se considera sano: femenino-masculino. La intervención del experto se hace necesaria, pues es quien prescribe el uso de hormonas y otorga el permiso para la trasformación corporal. La libertad para construir otras identidades sexuales puede quedar bajo las presiones médicas, institucionales y sociales, que a su vez están sustentadas por prejuicios, intereses económicos y fines políticos.

Aunado a ello, cuando la medicina habla de la identidad transexual la describe como una condición verdadera. Los protocolos que se llevan a cabo tienen el objetivo de confirmar que esa persona es "verdaderamente" transexual ¿Cómo lo confirman? ¿Quién o qué lo determina? ¿Por qué alguien o algo tienen que confirmar lo que eres? ¿Qué es lo verdaderamente transexual? Lo que puede leerse en los protocolos es que debe haber un comportamiento específico que se caracteriza por sentirse en el cuerpo equivocado. Para detectarlo, pasan por una serie de pruebas que muestren con "precisión" el estado de la persona. La base de esas pruebas son los modelos que ha establecido el sistema de género como femenino-masculino/mujer-hombre. En una de las primeras etapas, conocida como "prueba de realidad" hay un intento de adaptación, donde la ropa, los roles y las actitudes buscan alcanzar una imagen social; posteriormente los cuerpos hormonados y operados confirman el estereotipo, pues la transformación crea cuerpos-objetos-máquinas que demanda las sociedades misóginas y patriarcales. Ante esto, Gloria Hazel se pregunta, ¿qué es lo verdaderamente transexual?

[...] ¿La verdad a que se refiere, al resultado de cruce autosomas y heterocromosomas para generar XX y XY? La XX y XY solo vendrían a formar cuerpos sexuados no genero, y gran parte de la experiencia transgénero se basa también en inserción de modelos socioculturales que no pueden ser medibles [...] no estamos hablando, al menos en la cuestión de la transexualidad, de tablas que nos puedan medir con cifras exactamente o con valores cuantitativos cual es el sexo de la persona, si quisiéramos acercarnos quizá deberíamos de hacerlo con una perspectiva cualitativa, ver las costumbres y los comportamientos, pero esos ¿cómo los mides? ¿Cómo mides que tan mujer es una mujer y que tan hombre es un hombre? [...] mientras esté esa jerarquía normalízate, el médico se convierte en el normalizador de la sociedad [...] yo creo que no puede hablardr de un varadero transexual, como tampoco puede hablarse de un varadera mujer u hombre [...] hay escalas y hay matices, y también hay voluntades que deben ser respetadas (Gloria Hazel, D.F., 1 de junio de 2014).

Así mismo, Lola menciona que los protocolos tienen un problema que no beneficia a las personas transexuales:

El problema de esos protocolos, es que fueron creados por psicólogos, psiquiatras y sexólogos, que vienen con la misma idea que en 1950 [...] Ellos ven una cuestión binaria, aseguran que todas las personas deben de hacer lo mismo. Desde la postura de la población, eso es completamente falso [...] Yo no necesito hormonizarme, a lo mejor lo ideal sería hacerlo, pero por cuestiones de salud no puedo y he aceptado el no poder hormonizarme, pero si lo hago también seria reforzar los estereotipos y los roles de género... porque por ejemplo hay compañeras que si no están completamente hormonizadas no son consideradas mujeres...la construcción que hacemos de nuestras personas es muy hetero normada, hay fallas grandes que estamos cometiendo [...] (Lola Dajà-vú Delgadillo Vagas. Ciudad de México, 12 de Junio de 2014).

Los valores sociales se reafirman, obligando al transexual a adherirse a los modelos que tenemos como mujer y hombre, o acepte su condición de exclusión, de no ciudadan@, de no persona, de no human@. Esto alimenta los prejuicios, pone en duda el valor de esas vidas y justifica la transfobia; así cuando aparece una noticia amarillistas sobre la muerte de una persona transexual, no pasa nada, pues tod@s aceptan que esa persona está en el límite, en la frontera de la moral, donde no hay derechos.
El castigo a la diferencia condiciona y disciplina los cuerpos, es decir ser un prototipo de mujer u hombre se vuelve una obligación, marcada por las instituciones, los marcos legarles, los discursos del Estado, las estructuraras patriarcales, el sistema de género. Salirse de la norma pone en juego el nombre, la identidad, los derechos, la vida.


El cruce de discursos puede ocultar los motivos sobre los que descansa el problema de la transexualidad, pero al hacer un rastreo sobre todo el contexto que permea su definición, podemos notar que existen distintos factores que lo determinan. El papel de la medicina y la biología dentro de la discusión es importante, ya que en sus planteamientos está en juego la vida, es decir no sólo están determinando el protocolo "adecuado" para la reasignación sexo genérica, sino que define quién es o quién puede ser considerado un ser humano, pues una vez que se habla de enfermedad se configuran un imaginario colectivo donde las personas transexuales se asumen como la diferencia que tiene que ser corregida.
Sin embargo, cabe aclarar que no es sencillo hacerlo pues existe una legitimidad de ambas disciplinas que habría que desmontar, mostrando cuál ha sido su historia, su rol, cómo se han creado y qué están determinando. La confianza depositada en los médicos y biólogos se ha creado por la imagen que tenemos de la ciencia, pues al considerarla "objetiva" creemos que no puede equivocarse, y sobre todo que está libre de cualquier prejuicio social o contexto político-ideológico. Pero, ¿la ciencia es neutra, objetiva y certera? La ilustración nos ha hecho creer que sí, y para ello nos hablan de una verdad universal. Esta idea logró imponerse, creando una legitimidad social que evita cualquier cuestionamiento a los planteamientos científicos, como el de la patología sexual o la dualidad de los sexos.
Cuando la biología habla de los cuerpos sexuados "normales-anormal/sano-enfermo" como algo natural, las sociedades lo aceptan pues no sólo están confirmando lo que ya se cree, sino también porque se tiene una confianza ciega a la objetividad y certeza de la ciencia; pero cabe mencionar que dicha ciencia es social, está creada por personas con prejuicios. Feyerabend, Kuhn y Eulalia Pérez ya lo han enunciando, diciendo que hay valores que condicionan a l@s investigador@s, que hay contextos que determinan las investigaciones, y que dichos sujet@s tienen una corporalidad que influye en sus estudios.
Deconstruir el velo que cubre la legitimidad de la ciencia y cuestionar la forma en que han construido la identidad transexual nos da la posibilidad de confrontarnos, y ser conscientes de que la diferencia es parte de la vida, por lo que aceptarla o no es una decisión política que excluye, que limita las relaciones humanas, que define la vida y hace de la transexualidad un problema colectivo, donde definir a l@s otr@ es definirnos.

Ante esto, es necesario reconocer los contextos que moldean las identidades sexo-genéricas, para después hablar de voluntades; es decir, tenemos que darnos cuenta que el valor de ser mujer u hombre no sólo se encuentra en la experiencia que vivimos con nuestros cuerpos, sino también en un reconocimiento social misógino que exige corporalidades particulares y, a su vez, demanda comportamientos que otorgan un lugar en las relaciones de poder. Crear estas reflexiones es complicado, sobre todo cuando estamos en una sociedad mestiza mexicana moralista, sexista, misógina y racista, con problemas económicos, políticos y sociales.


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Última edición por PEDROELGRANDE; 02-10-2014 a las 22:55:56
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