21-09-2014
, 21:14:57
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#3 |
  Denunciante Leyenda
 |  Respuesta: Las jóvenes nos cuentan sus experiencias sexuales
Cuando cumplí 21 fue definitivamente una buena cosa para mí porque fui capaz de expresar mis puntos de vista sobre el sexo anal. Soy una de esas personas que disfrutan realmente con él. Mi ex novio me inició en él, y siempre se lo agradeceré, aunque al final resultó ser un cerdo total que se estaba tirando al mismo tiempo a mi mejor amiga. (Por el culo, ¿por dónde sino?)
La primera vez que practiqué el anal con mi ex novio, lo estábamos haciendo como siempre cuando empezó con el oral y en un momento determinado me preguntó si lo HARÍA: si practicaría el anal con él. Al principio fue un "¡Ni soñarlo!", porque me tomó por sorpresa. Pero luego empecé a pensar, mientras él volvía a chuparme el clítoris, cómo podía ser de caliente. Entonces él empezó a meterme la len¬gua por el culo, lamiéndolo por todos lados, en lo que llamó la vuelta al mundo. Me preguntó cómo me sentía, y yo le dije que no me importaba que lo hiciera.
Debido a mi constitución, creo que el anal es siempre en lo primero que piensan los chicos cuando me ven. Mi ex novio me dijo que simplemente tengo el tipo de culo que hace que los hombres se vuelvan locos y no puedan pensar en ninguna otra cosa. Sea como sea, tras unos momentos me preguntó si podía meterme los dedos en el ojete. Por aquel entonces yo estaba completamente dispuesta a ello. Me puse sobre manos y rodillas, y él me metió lentamente sus mojados dedos en el culo y empezó a follármelo con ellos. Era algo tan bueno que no pude retener los gemidos ni el empujar mí culo hacía atrás contra él cuando los metió todo el camino hasta el fondo.
Tenía aquella expresión totalmente de éxtasis en su rostro. Dijo: "Voy a empezar muy lento hasta que te acostumbres a ello" y cosas así. Me sentí un poco extraña, pero la expresión de su rostro era la del hombre más feliz del planeta.
Después de abrirme lo suficiente, me preguntó si estaba dispuesta, y cuando dije que sí, tomó un frasco de lubricante. Para un cuerpo con el suyo, tenía una polla re mente grande, y estaba muy excitado que se le agitaba arriba y abajo. Se puso un condón y lo lubricó, y luego situó detrás de mí y empezó a apretar suavemente la punta de su verga entre mis nalgas directamente contra mi ojete.
Me preguntó si estaba parada y entonces dijo: “Para deslizarte mi pene de forma tan suave que te juro que no te va a doler en absoluto." Hizo presión, ¡y no sentí que estuviera ocurriendo nada hasta que de pronto estuvo dentro y la noté subir por mi culo arriba! Me preguntó si estaba bien y dije: "¡Parece como si estuviera defecando!" Entonces ambos nos echamos a reír y fue empujando lentamente toda su gran polla dentro de mí. Parecía tan grande en mi recto que no pude evitar un lloriqueo. Pronto sin embargo estaba lo bastante dentro de mí como para empezar a follarme como al momento.
Al principio me sentí impresionada por la idea en sí, el que estuviera dejando que un hombre me hiciera aquello por el culo, pero luego simplemente lo olvidé todo porque las sensaciones de su polla eran tan
maravillosas. ¡Lo digo en serio! Su verga estaba bombeando dentro de mi culo de una forma que incrementaba su excelente fricción. Mi clítoris empezó a pulsar, de modo que me puse a jugar con mi vagina. En el tiempo más corto me empecé a venir de una forma total.
Cuando empecé a hacerlo pude sentir cómo mi culo se crispaba alrededor de su verga de tal modo que
supuse que era demasiado para él, porque empezó a soltar su andanada ¡Después no pudimos creer a cantidad de semen que llenaba la punta del condón, porque colgaba como un pequeño globo lleno de agua blanca!
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