 Denunciante Leyenda
 | En Colombia no duele que vendan vírgenes en Medellín, sino que alguien lo diga por fuera
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 | Esta, sin ser la única, es la primera reflexión que genera el polémico reportaje que un peruano hizo para un canal de Londres.  runrun.es La disputa surge por el título “Vírgenes a la venta en Colombia en ‘el burdel más grande del mundo'”, que acompaña una nota con un video de 11 minutos en el que se narra cómo funciona el turismo sexual con menores de 14 años.
La molestia, específicamente, es por la frase que señala que Medellín es “el burdel más grande del mundo”, pero pocos se fijaron en la primera parte del título: Vírgenes para la venta. Es decir, menores de edad que no han iniciado su vida sexual y que son vendidas a extranjeros para “quitarles la virginidad”. El alcalde Aníbal Gaviria se mostró muy molesto por el reportaje hecho por el periodista Guillermo Galdos sobre la prostitución infantil en Medellín. Sin embargo, no entregó los argumentos suficientes para demostrar que el problema no es tan grave. Prefirió asegurar que en otros lugares sucede lo mismo. En entrevista con Blu Radio, Gaviria manifestó que en Medellín sí existe esta problemática, pero afirmó que es peor en otras ciudades del mundo, y agregó que durante años las autoridades han combatido la prostitución y trata de personas, pero la Alcaldía no tiene cifras exactas. Ese, precisamente, es el punto que le critica Gaviria a la nota de Galdos: que pasó, sin datos, de la visión particular a la general, basándose solo en dos testimonios sin consultar organizaciones especializadas en el tema. Sin embargo, en su defensa, el alcalde dijo que no tienen las cifras porque la gente no denuncia. “Hablar de un caso y con eso suponer o deducir que hay mil o que hay 500 me parece injusto y no basado en ninguna realidad cuantificable”, dijo en el medio. El problema es que la Administración, como lo demostró la entrevista de Gaviria, no tiene clara la situación de prostitución infantil en la capital de Antioquia. En eso, Gaviria peca como Galdos. Pero sí hay datos que permiten una aproximación: una nota publicada en la revista Donjuan cita un informe (sin precisar cuál) del año 2013, sobre la situación de los derechos humanos en Medellín y establece que las zonas de mayor prostitución infantil son las comunas 4 y 10. “Su número se calcula entre 400 y 500 niñas”, dice el texto.
Es más, ya en el 2006 el Mundo de Medellín publicó un artículo en el que exponía la situación de las denominadas ‘terneritas’ o menores inducidas a la prostitución: “En la carrera 70 de Medellín, algunos taxistas se detienen en las noches, buscando a unas niñas entre los 9 y los 13 o 14 años, las invitan a sus carros y por dos mil pesos les hacen sexo oral”. Por eso, llama la atención que las autoridades colombianas no se escandalicen por semejante situación social (de hecho, no tienen datos), pero que sí lo hagan cuando se conoce en el exterior. Eso no quiere decir que se avale el trabajo de Galdos, que es presentado con un desafortunado título originado en una frase que le oyó a una persona en Medellín. “Si se le ponía techo a Medellín, sería el burdel más grande del mundo”, le dijo el entrevistado al periodista peruano, y para él fue una idea ‘genial’ ponerlo de titular. Agregó que la fama que tiene mundialmente esta ciudad se debe a las producciones que se enfocan en la prostitución y el narcotráfico que, si bien no aumentan la violencia (no hay un estudio que lo confirme), sí resaltan los aspectos negativos. Es el caso de ‘Las muñecas de la mafia’, ‘La diosa coronada’, ‘El patrón del mal’, ‘El cartel de los sapos’ y, tal vez, la más recordada, ‘Sin tetas no hay paraíso’, de Gustavo Bolívar. A propósito de estas declaraciones, Pulzo se comunicó con Bolívar y eso fue lo que dijo:
“La fama de las mujeres prostitutas en Colombia nació desde hace muchísimos años, cuando los prostíbulos alrededor del mundo estaban llenos de colombianas”. Aunque no recuerda con exactitud su fuente, Bolívar afirmó que para escribir esa novela (hace 10 años) una fundación le reveló que había más de 10 mil colombianas ofreciendo sus servicios sexuales en otros países. Dijo que las narconovelas no sirven para justificar la violencia de un país y da dos razones: En la primera hace una comparación de los índices de violencia actuales y los de hace 20 años. “Se han reducido en un 50 %. Si estas novelas generaran violencia, la cifra habría aumentado”. En la segunda razón pone de ejemplo a México. “Ni Televisa ni Teleaxteca, las dos programadoras privadas, dejan pasar narconovelas y México es uno de los países azotados por la violencia. No digo que esa prohibición sea la causante de la violencia, pero claramente no les ha servido de nada no transmitirlas”.
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