Denunciante Bronce
 |  Los perritos de la pradera y su simpática ‘ola mexicana’
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 | Los perritos de la pradera y su simpática ‘ola
mexicana’. 
Una de las imágenes más adorables del mundo animal es cuando los perritos de la pradera (Cynomys) hacen la ‘ola mexicana’. Este fenómeno, propio de los eventos deportivos, es replicado por la especie cuando un individuo se estira rápidamente hacia arriba y contagia el movimiento al resto del grupo. Durante muchos años, los científicos se preguntaron la razón de este curioso comportamiento y ahora parecen haber encontrado la respuesta.
Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, este salto sincronizado (conocido en inglés como ‘jump-yip’) les sirve para conectarse con otros y evaluar su estado de alerta ante factores amenazantes, como la presencia de un depredador. Si bien anteriormente se pensaba que estos animales realizaban el movimiento para indicar la ausencia de peligro, los últimos hallazgos demostraron lo contrario.
Luego de filmar a perritos de la pradera en Canadá, científicos de la Universidad de Manitoba notaron que cuando el grupo responde con la ‘ola’, aumenta la búsqueda de comida y disminuye la vigilancia. Esto se debe a que están seguros de su sistema de transmisión de emergencia. Los perros de la pradera son roedores emparentados con las marmotas que habitan desde el norte de México hasta el sur de Canadá. Suelen vivir en madrigueras subterráneas que construyen con sus filosas uñas y que a veces son aprovechadas por otras especies como hurones o serpientes. Por lo general, sólo salen durante el día en busca de comida, alimentándose especialmente de yuyos y gramíneas.
Con un peso de uno a dos kilogramos y una longitud de hasta 30 centímetros, estos animales se caracterizan por tener cabeza y orejas pequeñas; así como ojos y dientes grandes. Presentan pelo corto de color miel y una cola que puede llegar a medir hasta 10 centímetros de largo. Hay cinco especies (los de cola negra, cola blanca, mexicanos, Gunnison y Utah), que se diferencian por los lugares donde viven y algunas tonalidades de su piel. Todas presentan comportamientos sociales, formando grupos familiares que habitan en las mismas madrigueras y cooperan para buscar comida y ahuyentar a los rivales. 
Los perros de la pradera de cola negra son los que habitan en comunidades más grandes, que por lo general cubren 1,3 kilómetros cuadrados (la colonia más extensa conocida hasta el momento ocupó unos 65 mil kilómetros cuadrados en Texas). A diferencia de los de cola blanca, que viven en comunidades menos complejas e hibernan durante seis meses, esta especie originaria del centro de Estados Unidos permanece activa durante todo el año.
Además de la ‘ola’ y los fuertes gritos que usan para comunicarse (similares a los ladridos de un perro), estos animales se besan y acarician entre sí como señal de afecto. El apareamiento se produce en las madrigueras, donde la hembra suele dar a luz una vez al año entre dos y diez crías de unos 15 gramos cada una. Allí cuida de los pequeños por unas seis semanas, cuando salen de la tierra y son bienvenidos y protegidos por otros miembros del grupo.
A pesar de su simpatía, los perros de la pradera no suelen ser bienvenidos por los agricultores: son considerados como plagas que arruinan la tierra al hacer las madrigueras. Por esta razón, durante el siglo 20, más del 90 por ciento de la población fue exterminada y hoy las especies de perritos mexicanos y Utah están en peligro de extinción. Fuente: Animal Planet
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"Aún hay vagos destellos de civilidad en este matadero salvaje que alguna vez fue la humanidad" . |