Se me salieron las lágrimas al leer esta sentida carta del natural de Salto, en la hermana República Oriental del Uruguay. Luis Alberto Suárez, hijo del pueblo, surgido de la tierra buena del sur del continente.

Qué nobleza, señores! Qué pureza de corazón! Refleja el candor de un alma infantil que, arrepentida por su error, vuelve los ojos a sus acusadores y pide perdón por su transgresión, esperanzada en un momento de divina misericordia que la redima del calvario que sufre.

Definitivamente, Lucho, cada día pienso que sos el más grande jugador sudamericano que hay (bueno, después de James Rodríguez, eh?). Me quito el sombrero ante este elegante gesto de contrición!!!