Las boletas físicas, indispensables hoy para ingresar a espectáculos musicales, culturales y deportivos, como el fútbol rentado del país, tienen sus días contados. La huella dactilar tomará su lugar, por lo que Gobierno y empresa privada realizan los últimos ajustes para poner en marcha este nuevo esquema.
De esta iniciativa hacen parte, en principio, 18 estadios de fútbol del país, a los que se podrá ingresar solo con el registro de la huella dactilar de la persona que previamente haya pagado el derecho a asistir al encuentro deportivo del momento.
La División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), Tuboleta.com y Certicámara son las tres entidades encargadas de sacar adelante esta iniciativa que busca no solo hacer más eficiente y seguro el ingreso de las personas a dichos espectáculos, sino también abaratar los costos de asistencia a estos.
No es el único proyecto que se trabaja en esa dirección. Compañías como Carvajal y Thomas Greg, que actúan también como operadores biométricos en el país, ayudan al Gobierno, a través de la Registraduría Nacional, en la puesta en marcha del voto electrónico.
Certicámara, otro de estos operadores, se encargará de validar, con la información de la Registraduría, todos los trámites que los colombianos realizan cada año en las 900 notarías del país, así como los adelantados en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt).
Se estima que en el primer caso serán unas 12 millones de validaciones que se tendrán que hacer a nivel nacional, mientras que para el segundo se habla de unos 7,6 millones de trámites que requieren la huella dactilar de las personas.
Erick Rincón Cárdenas, gerente de Certicámaras, señaló que el tema de la biometría llegó al país para quedarse, y si bien en Colombia la lectura de la huella dactilar y la firma biométrica son herramientas con buenas perspectivas de desarrollo por efectividad y costos, en el futuro también se podrá implementar la validación biométrica por voz, lectura de iris y de rasgos faciales.
Estos mecanismos permiten verificar la identidad de una persona a través de un rasgo físico o de su comportamiento y resultan claves para atacar la suplantación de identidad no solo en temas electorales y de trámites inmobiliarios y de tránsito, sino también en cuestiones de salud, servicios públicos y financieros.
Bryan Rozo, gerente de Soluciones de eBanking para la Región Andina de Gemalto, dice que guardar la huella en el chip de una tarjeta, por ejemplo, permite hacer que las características físicas de alguien sean las que lo identifiquen contra un acceso. Por eso cree que, además del sector público, el financiero será uno de los llamados a usar esa herramienta para atacar el fraude.
Rincón Cárdenas coincide con eso y señala que trabajan con algunas AFP y entidades del sector salud que quieren acabar con el carrusel de medicamentos de alto impacto explotado a través de la suplantación de pacientes.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Redacción Economía y Negocios