Iniciado por Tyler Durden
A las 4:35 de la tarde de este miércoles, dos niños de 13 y 14 años de edad se acercaron a la cancha donde el grupo de uniformados jugaban un ‘picadito’, y al parecer lanzaron una granada de fragmentación.
Aún nadie entiende por qué razón, pese a que los menores salieron corriendo, la onda explosiva y las esquirlas del artefacto los alcanzó a ellos y les causó tantas heridas en sus cuerpos, que uno murió en el lugar de los hechos y el otro, cinco horas después mientras era atendido en un hospital.
En la minuta policial, aclaran que la granada fue lanzada entre la cancha de microfútbol y una de las trincheras de la estación. Al respecto, el coronel Héctor Álvarez, comandante de la Policía en Tumaco, se mostró indignado por lo que él llamó la 'barbaridad criminal' de esa guerrilla, “al usar los niños en la guerra, engañándolos y haciéndoles creer que manejar una granada es tan sencillo”.
Esa misma columna guerrillera es la sindicada del secuestro, tortura y muerte del mayor Germán Méndez Pabón y el patrullero Edílmer Muñoz Ortiz, los dos policías que realizaban labor comunitaria en se poblado del Pacífico nariñense el pasado 16 de marzo, y que puso en jaque el proceso de paz en La Habana.
Aunque suene absurdo, el país ya estaba acostumbrado a las atrocidades de esa organización subversiva, y de ahí que el uso de bicicletas, motos, carros y hasta caballos bomba para cometer atentados, tristemente se había vuelto paisaje en medio de la guerra; pero lo que no se sabía, era que hasta los niños se convirtieron en una estrategia sistemática para sus propósitos.
Esas señales ya las habían mostrado en esa misma región hace un par de años, Nariño, para que llevara un paquete bomba que hicieron estallar en sus manos.
Y esta vez repitieron la técnica, pero en esta ocasión con dos menores. Así quedó demostrado con los ‘niños bomba’ que usaron en el atentado criminal en Chilví. |