Afirmaciones como: "Propaganda a Cali", "Otra de salsa" o "Miente sobre lo que pasa en Cali" casi me hacen perder de una de las mejores películas colombianas de los últimos años.
Afortunadamente los principios teóricos y técnicos de la apreciación cinematográfica los asumo como herramientas y no como camisas de fuerza a la hora de ver una película.
Mi manera de medir la calidad de una película se basa en qué tanto interés me despertó, esperar que la historia, así sea de fantasía, tenga algo de lógica y que los actores interpreten su personajes sin que se note que están actuando.
"Ciudad Delirio" es una de esas películas que, así como entretienen, cuentan varias historias de hechos y personajes que se pueden encontrar en cualquier esquina o calle de Colombia y/o de nuestra Latinoamérica. Personajes de carne y hueso que en ocasiones nos recuerdan a alguien.
Cuando se sabe muchos de cine y se pretende juzgar las películas con raseros de obras de arte apoteósicas, tal vez no se disfruta de esos minutos cinematográficos pensados en que la cinta simplemente entretenga.
Lo que vi en "Ciudad Delirio" proyectado en la pantalla de la sala, fue a un grupo de actores mostrando una historia que se ajusta a la realidad, personajes con problemas económicos y emocionales enfrentándolos con determinación y buscando con terquedad que sus sueños se logren.
Carolina Ramírez, además de ser una de las actrices más bellas, encarna a una mujer fuerte ante los problemas y que se empecina en llegar a la meta suya y de los alumnos de su escuela de salsa.
Julián Villagrán interpreta a un médico español que llaga a Cali por trabajo y descubre que por su mecánica y fría vida en España, se está perdiendo el calor humano y de las cosas más sencillas pero fundamentales que tiene la vida, la felicidad y el amor real.
"Ciudad Delirio" dirigida por Chus Gutiérrez cuenta con un elenco de muchos quilates: Vicky Hernández, Jorge Herrera, Margarita Ortega, John Alex Castillo y los bailarines que en esta cinta demuestran su integridad propia de los artistas reales.
Las películas antes que juzgarlas en búsqueda de errores hay que disfrutarla en busca de relajación.