El país de las maravillas
¿Crisis fabricada?
Mario Morales
La estrategia era simple: “Fabricar” la hecatombe de Bogotá, a punta de mentiras y “bloqueos” financieros, para luego aparecer como tabla de salvación.
Por: Mario Morales
Y lo logra Santos sin esfuerzo, sin ideas, a punta de esa chequera que sospechosamente no estuvo en estos dos años al alcance de la ciudad y que es lo único nuevo en su plan de choque de ayer. Es otra clase de mermelada, pero mermelada al fin y al cabo.
Perdónenme, eso no es habilidad ni cálculo político sino trapisonda que se aprovecha de necesidades y emociones de los capitalinos para mostrar presuntos resultados, con agenda ajena, que Santos no ha sido capaz de ofrecer al resto del país.
La evaluación hecha en este diario por Marcela Villegas, de la Fundación Bogotá Cómo Vamos (que todos avalaban antes de Petro), deja en ridículo la construcción de crisis que hicieron derechas y medios. Demuestra que la percepción de los bogotanos (viciada por adjetivos descalificadores, pero sin pruebas) va en contra de lo que de veras está pasando en educación y seguridad. Pero Santos gira cheques reelectoreros para seguridad, con base en esa errada percepción... Y lo apoyan el desinformado contralor distrital y algunos directores de medios y periodistas militantes.
Dice esa fundación, que no es de izquierda ni petrista, que de verdad, no en percepción, bajó la tasa de homicidios y aumentó la satisfacción por educación pública. Satisfacción que crece, aunque no se crea, en el tema de recolección de basuras. Y sí, Bogotá fue una de las ciudades en que más disminuyó la pobreza, así el mérito no sea todo de Petro, y decreció la desigualdad. Y así...
Pero no aprenden. Fuera de la Alcaldía, Petro y progresistas se siguen equivocando. ¿Cómo es que los secretarios renuncian y dejan el camino expedito a la politiquería? ¿Cómo es que no iban a presentar terna? ¿Cómo es que se acercan a Peñalosa o a la idea de Uribe de constituyente?
Mientras, el puñado de siempre se frota las manos: obras, viviendas, contratos, privatización y reelección. Ah, y fungiendo como salvadores...