Las últimas declaraciones de las Farc desde Cuba, en las que califican al Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como un funcionario inmerso indirectamente en escándalos de corrupción, fue la causa para que Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno en los diálogos en La Habana, llamara al orden en la mesa de negociación y exigiera respeto por parte del grupo guerrillero.
Las Farc, argumentó De la Calle, no son jueces de las instituciones o de los funcionarios y, "con su lenguaje desmedido, están minando la confianza y creando obstáculos para el buen suceso y trabajo en la mesa de diálogos".
Las declaraciones de los comandantes del grupo guerrillero son vistas por el jefe de la delegación del Gobierno como una forma de crear tensión "y convertir el escenario de los diálogos en un ring de boxeo, y la delegación del Gobierno no caerá en el juego que pretende montarnos las Farc".
Por esta razón, De la Calle les solicitó a los delegados de la guerrilla que el avance en los diálogos esté mediado más por acciones concretas que por discursos y pronunciamientos que llevan a generar una atmósfera de desconfianza, irrespeto y lentitud.
Farc cuestionaron a Pinzón
El llamado al orden y el respeto por Humberto de la Calle a las Farc, se dio al término del ciclo 21 de negociaciones, en el cual se discute el narcotráfico y la solución al problema de las drogas ilícitas.
En un comunicado leído por alias "Iván Márquez", jefe de la delegación fariana, se planteó que el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, "está en deuda de hablarle al país sobre la realidad de los escándalos actuales de corrupción que atraviesan las Fuerzas Armadas y de los cuales no está excento".
Más allá del contexto en el que se desarrolla la declaración, para el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega, aunque se han dado escándalos que involucran a los integrantes de las Fuerzas Militares, las delegaciones negociadoras, en este caso las Farc, "deben mantener la pulcritud en sus palabras para evitar que se venda una imagen negativa de lo que se está negociando, que se sumaría a la reserva de lo acordado y terminaría por derrumbar la percepción positiva de los diálogos en el país".
Sin embargo, explica el analista político León Valencia, la exigencia de un lenguaje moderado debe ser bidireccional, en ambos sentidos, porque el lenguaje guerrerista, lleno de insultos al contradictor, es un lenguaje deslegitimador de los procesos de paz. "En Colombia ambas partes siguen utilizando un lenguaje de guerra, entonces acá el Ministro de Defensa hace un lenguaje desbordado de la guerra y así es muy difícil exigirle al contrario que no lo haga", expresó Valencia.
Denunciar a "Timochenko"
El otro hecho que marcó el fin del ciclo 21 en los diálogos, es el pedido que hizo el Consejo de Estado al Gobierno colombiano para denunciar al máximo jefe de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timochenko", ante la Corte Intermaericana de Derechos Humanos, CIDH.
Desde la comisión tercera del Consejo, se solicitó al Gobierno "que se pronuncie por las sistemáticas violaciones de derechos humanos que han sido perpetradas por el grupo armado insurgente".
Además, el tribunal le manifestó al fiscal general, Eduardo Montealegre Lynett, que reabra los procesos contra el jefe subversivo por delitos de lesa humanidad que se encuentran archivados, para así contemplar la verdad y la justicia que reclaman las víctimas del conflicto armado en Colombia.
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