Una sola vez, son 365 días en los que ingresará al mercado circulante este 10% que no tiene respaldo en la producción. Es decir, jodemos el país 365 días, detenemos su crecimiento, aceleramos el costo de vida, propiciamos el desempleo y luego, de pasados estos 365 días, como sucede con el guayabo después de la rumba, a apretarse el cinturón durante varios años para recuperarse de la feriecita. Eso lo está haciendo Maduro en Venezuela y ahí está el resultado de una inflación desbordada.

Pero ilustremos el caso con un sencillo ejemplo:

Los ingresos del país son un millón de pesos y la producción son 100 neveras. Esto quiere decir que cada nevera cuesta $10.000. Si no aumentamos la producción de neveras, pero si abruptamente los ingresos como lo dice el sabio de Salgar, los ingresos serían de un millón cien mil pesos para comprar las mismas 100 neveras. Una simple suma aritmética nos indica que, como la oferta no subió cada nevera cuesta $110.000. Es decir, una inflación que este año fue de 1.94% en esos 365 días se dispararía a más del 12%, y comenzaría la espiral inflacionaria en bienes y servicios, para no hablar de la quiebra de empresas pequeñas, desempleo, aumento de la informalidad, en sólo un añito.

¿Nos merecemos otro Maduro?