Los conflictos armados se ajustan a los Convenios de Ginebra y el colombiano no es la excepción. Respecto al reconocimiento de responsabilidades, las Farc han dicho algo que es cierto. Todos los autores de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad deben pedir perdón y para establecer responsabilidades debe crearse una Comisión de la verdad de carácter internacional e independiente que señale las responsabilidades, cuyos resultados deben ser el complemento del informe "Basta ya" del Centro nacional de memoria histórica en el que se documentan matanzas desde 1958 hasta 2012, fijándose las responsabilidades de la guerrilla, los paramilitares y los agentes del Estado.

Todos en la cama o todos en el suelo, dice el dicho popular. Claro que las Farc deben pedir perdón por los crímenes cometidos y de hecho ya comienzan a reconocerlo en declaraciones que han hechos desde La Habana. También el gobierno lo ha hecho a instancias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero faltan otros actores que también deben hacerlo. Si queremos poner los cimientos del nuevo país, todos deben pedir perdón, incluso el siniestro personaje que quiere llegar al Congreso. ¿O es que hay excepciones?

Y respecto a aceptar sanciones, aún no se llega a este punto, pero por boca del presidente ya se sabe que, como es usual en estos procesos de paz, que la justicia transicional es la que lo va a regir. No nos adelantemos a los acontecimientos.