En los 80s la NBA resurge cuando las dos mejores franquicias encuentran a sus mas grandes ídolos al mismo tiempo. Esa rivalidad catapultó las audiencias televisivas a niveles estratosféricos, incluso para los estándares de hoy en dìa.


La FIFA con seguridad quiere replicar ese caso. Pero es tan forzada la manera en que lo esta haciendo que empieza a cansar y son varias las injusticias que ha cometido. Sin este afán de la Fifa, Iniesta (2010) Drogba (2012) y Ribery (2013) tendrían su mercecido Balon de Oro en lugar de estar todos los años sujetos al duelo CR7-Messi con sus respectivos adoradores dispuestos a ir a la guerra por su ídolo.


Poco importa quien gane el Mundial o la Champions, pueden barrer Brasil, Alemania o el Bayern en estos torneos que ni Neymar ni Ozil ni Robben lo van a oler mientras sigamos empeñados en perpetuar una guerra mediatica con intereses comerciales.