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Antiguo 05-01-2014 , 23:27:21   #3
CANTI*
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Predeterminado Respuesta: Mi mujer cojida por mi mejor enemigo

—Hola, mi amor, hola Iván—dije por fin.
Sandra se acercó a mí y me besó fugazmente, mientras Iván reía en lo bajo.
—No sabía que estabas aquí—mentí dirigiéndome a mi “amigo”
—Sí, pues la verdad es que vine a intentar arreglar un programa en la computadora de Sandra, ya sabes ¿no?
Era cínico. En mis narices evaluó a mi mujer de arriba a bajo, como si la volviera a desear. Yo fingí no darme cuenta.
—Sí, claro. Eh, y ¿Beto? —pregunté.
—Iván lo llevó a casa de su hermana, ya vez que el sobrino de Iván es muy amiguito de Beto—respondió mi mujer tartamudeando.
Sandra se comportó como si nada hubiera pasado.
Iván se despidió estrechándome su mano y luego me dijo…
—¿Sabes? Todavía falta que le “meta” algo más al ******o de tú mujer, ¿verdad Sandra?
Mi mujer había empalidecido mientras Iván volvía a reír con ironía…
—Espero no te moleste, mi buen Roberto.
—Claro que no—le dije finalmente sintiendo un dolor de estómago—, esta es tu casa y puedes venir cuantas veces quieras. Métele lo que haga falta—dije mirando a mi mujer, en tono frío mientras yo me sentía calentar por dentro.
Iván rió de nuevo.
—Claro. Tú despreocúpate. Sandra nunca se ha quejado—y esta vez se carcajeó—, al contrario, entre más le meto y le meto y le recontra meto (programas) —aclaró con cinismo, como si yo no supiera a lo que él se refería—, ella con mucha más alegría grita…. Diciéndome lo bien que lo hago.
—Debiste de ser informático—dije con sarcasmo.
—Sí. claro—respondió frunciendo el ceño—, me voy. Nos vemos luego, “Sandrita”
En ese instante me giré rumbo al control remoto, total, ya me había despedido, sin embargo, por el reflejo del televisor plasma, vi que a mi espalda Iván besaba a mi mujer con pasión, y luego girándose a mí, me levantaba el tercer dedo de la mano derecha como diciéndome (donde te quepa, cornudo) y se fue.

Al anochecer, Sandra me ofreció el tradicional licuado para dormir bien, y poder despertar perfecto, y la verdad es que funcionaba, todas las mañanas me levantaba con mucha energía.
Cuando Sandra salió a ver si nuestro hijo estaba durmiendo, no pude evitar ir al baño de la recamara y revisar el estante de la basura, allí debería de haber una prueba… ¿Aunque para qué me serviría si no iba a ser capaz de nada? En un testereo se me volteó el vaso con el liquido, al inodoro, y es que estaba tan nervioso que ya no sabía qué mas hacer. Corrí otra vez a la recamara y me acosté dejando el vaso allí, vacío.
—¿Ya te lo Bebiste amor? —me preguntó mi mujer con sorpresa, y luego me besó diciendo que me amaba, ya que últimamente yo llegaba bastante cansado como para poder hacer el amor con ella…

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