Respuesta: La ciudad de Cali aplaude valentía del "torero pirata" Juan José Padilla
Advirtiendo que no es de mis mayores afectos la fiesta brava (muy por debajo de los playoffs de la NBA, del Mundial de Futbol, los Olimpicos, la F1, el Tour de Francia, Wimbledon, la Serie Mundial y el torneo de tapitas del barrio), no logro empaparme de la indignación que asiste a los que piden su clausura definitiva. No niego el sufrimiento que se le infringe al animal, ni el carácter claramente esnobista que se percibe en los tendidos. Pero mi indiferencia ante el dolor del toro parte del supuesto que dice que los animales no identifican el momento de la muerte como nosotros. Me explico: la carne les duele y sienten miedo, pero al no ser conscientes que están muriendo se libran del dolor mas intenso, que es el del corazón (o el cerebro o el hígado o donde quieran poner "el alma, la conciencia"). Puras suposiciones, aclaro, que no tengo como demostrar pero que en ausencia de evidencias en contrario asumo como verídicas.
Incluso hay algo de majestuoso que no logro identificar que resulta escalofriantemente seductor; debe ser el juego de colores bajo el sol recalcitrante bajo el que se realiza la fiesta, puede ser la pompa que muy a mi pesar me asombra. No se. De momento me rindo ante la admiración que me provocan personajes como este Tuerto y pienso que debo apurarme a ir un día de estos a la Feria de Cali o Manizales antes de que se suspendan definitivamente estos eventos en el país.
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